La operación de la venta de Falcao al Mónaco ha dejado en evidencia muchos aspectos sobre la gestión del Atlético de Madrid. Y todos nefastos para el prestigio del club: las prisas por confirmar el acuerdo sin esperar a que terminara la última jornada de Liga, el ocultismo sobre las cifras de la operación, el pasillo que le hicieron sus compañeros en un entrenamiento, no convocarle para el último partido de Liga, de nuevo las prisas por hacer la conferencia de prensa de despedida, … Nada se ha hecho bien, como es natural, en el Atleti.