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Tres malos partidos fuera del Vicente Calderón y se desató la ira. Una parte de los aficionados atléticos criticó con excesiva dureza el flojo partido de los colchoneros en Vallecas, olvidando la excelente temporada que lleva hasta ahora el Atlético de Madrid. Sólo hay tres equipos en España que pueden ganar tres títulos y uno de ellos es el nuestro. El Atleti bate récords cada semana, pero eso no cuenta. Es segundo en la Liga después de dieciocho año y no se reconoce el mérito.

No sé como pudimos sobrevivir a esos no tan lejanos años de mediocridad en los que el Atleti no jugaba entre semana. No sé vosotros pero esta semana sin Copa ni Europa League a mi se me ha hecho eterna. Menos mal que vuelve la Liga. Menos mal que vuelve el Atleti.

Vuelve frente al Rayo en el Estadio de Vallecas en un partido engañoso. Este Rayo no es ese rival de perfil bajo de antaño y este Atleti no rinde fuera en consonancia a como lo hace en casa.

La brillante temporada que está realizando el Atlético de Madrid no está teniendo la justa repercusión mediática que se merece. Los continuos líos en los que se ve enredado el fútbol español evitan hacer un análisis meramente futbolístico de la Liga. En realidad, al periodismo no le importa lo que pase en el fútbol, el objetivo es generar ruido para mantener continuamente en tensión al aficionado.
Otros años éramos uno de los equipos que más ruido generaba.

Es curioso que en la época en la que los medios de comunicación dedican más horas a hablar de fútbol, menos se habla de fútbol y más de lo que ocurre alrededor de él. Los debates suelen centrarse en insultos, escupitajos y entradas. Ni los propios profesionales de la pelota hablan de su deporte. Todo lo que dé morbo al espectador, al lector o al oyente es bienvenido. Incrementar la audiencia a costa de lo que sea. Escucharemos mucho ruido una semana más. Silenciemos los decibelios y hablemos de fútbol.

Hay aficionados del Atleti que ven en el Betis un equipo afín, con características similares y por ello les cae simpático. Otros, en cambio, no vemos en el equipo verdiblanco ninguno de esos rasgos. Le vemos como uno de esos equipos a los que tenemos la obligación de ganar. Sin simpatías ni antipatías. Sin desprecio ni aprecio. Por historia, por afición, por fácil o por difícil que pueda ser en un momento dado hay que ganar. Somos el Atlético de Madrid.

No defraudó el último Athletic – Atlético de Madrid de la historia que se ha disputado en San Mamés. Ambos conjuntos ofrecieron un partido intenso, muy entretenido para el espectador neutral, aunque sufrido para los colchoneros, tosco y duro en numerosas ocasiones, cargado de emociones. No es frecuente ver un partido de esta naturaleza en la Liga. Y es una pena. El fútbol ha perdido ese punto de virilidad que siempre ha tenido. No confundo la violencia con la hombría. Sí que digo que al fútbol se juega con pantalón corto y con espinilleras, no con pantalones de pinzas y chaleco.

Invariablemente después de cada jornada se producen muchos comentarios en las redes sociales recordando el número de puntos que el Atlético de Madrid saca de ventaja al Real Madrid -aunque el #A7 me sugiere que son ellos los que van por delante-.
Ayer, con la victoria del Atleti contra el Levante y la derrota del Barcelona estos comentarios se extendieron al número de puntos que lleva el Barcelona más que nosotros: anoche, #A8 era un hashtag bastante frecuente en twitter.