Mucho se ha hablado, se habla y se hablará de Diego Costa. Su modus operandi sobre el terreno de juego le convierte en el centro de atención de todos los focos. Un fútbol que, al igual que libera a Falcao de presión y marcajes, supone un constante órdago a la resistencia cardiovascular de Diego Pablo Simeone. En ocasiones, el brasileño reduce con brillantes tonos de fútbol eléctrico sus salidas de tono pero cuando se acaba el maquillaje la mancha se hace inaceptable para el escudo que representa.