Si les soy sincero, el cuerpo hoy me pedía escribir sobre Courtois. Sin embargo, nunca me ha ido lo fácil y previsible. Además, Rubén Uría se me había adelantado con el símil con Tintín que tenía en el disparadero desde hace meses. Un hombre tiene que saber cuando enfundársela. Pergeñando artículos, también.
Después pensé en escribir de cómo odio a esa gente que sale a empatar en la vida. De las diferencias ontológicas entre estos y la figura del loser.