Partido de Liga, Vicente Calderón, Courtois recogiendo una pelota en su portería y derrota. Parecía que estos cuatro elementos jamás se verían en una misma ecuación en el estadio rojiblanco. Pero sucedió. Y sucedió porque lo normal es que sucediese. Porque aunque nos hayan pintado como un equipo con superpoderes dirigido por una especie de mesías, el Atlético de Madrid, hasta que se demuestre lo contrario, fue es y seguirá siendo un equipo mortal.