Hube de hacer 650 km el domingo para poder ir al partido del Atlético. Asistí a una boda de unos grandes amigos en un pueblo sevillano y tras la fiesta del viernes y el sábado me metí una paliza de carretera y coche para estar con los míos en uno de los dieciocho partidos más importantes del año. El amor a estos colores, rojo y blanco, provoca que uno cometa este tipo de disparates.