Ayer, después de casi siete años, Fernando Torres regresó al Vicente Calderón para jugar contra el Atlético de Madrid. Lo hizo en un partido especial: una semifinal de la Copa de Europa. El niño volvió hecho un hombre con 30 años en su carné de identidad. Ha pasado mucho tiempo y muy rápido desde aquel 3 de julio de 2007, día en que se anunció su fichaje por el conjunto inglés del Liverpool.