Me levanté el frío domingo de invierno con tensión. Me atrevería a decir que había soñado con el partido que tendría que jugar el Atlético de Madrid por la noche. En realidad, desde la tarde anterior, cuando los resultados de los equipos que antecedían al Atleti en la clasificación permitían que una victoria del Atleti nos aupara a la zona de Liga de Campeones.
Un atlético debe anhelar siempre la victoria, y es comprensible que algunos aficionados se acostaran, tras el empate de anoche, con cierta frustración.