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Veintiún goles hemos visto en el Calderón en los tres últimos partidos. Es muy probable que esto no se haya producido nunca antes en la historia del club. 11 goles a favor y 10 en contra. Son resultados de otros tiempos, de una competición que ya no existe, porque el fútbol que la mayoría de los equipos practican es enconsertado, previsible y la mayoría de las veces, aburrido.
Pero eso es hasta que se enfrentan contra el Atleti en el Calderón, entonces los equipos se contagian y un poco de acierto de los delanteros y un mucho de errores defensivos producen estos marcadores.

Durante esta primera parte de la temporada, todos los allegados al mundo futbolístico de España estamos elogiando las posibilidades del juego de ataque del Atlético de Madrid. Es verdad que no siempre es igual de brillante y eficaz, pero desde luego, sí lo ha sido en varias ocasiones.

Comparemos números para saber si realmente esta sensación se plasma después tanto en la clasificación como en el resto de estadísticas:

Hay términos en el fútbol que expresan con una certeza extraordinaria lo que uno quiere decir. No son muy académicos, pero son de la grada, del pueblo y por eso triunfan. Uno de los que más me gustan es el de gilicórner. No sé quién lo inventaría, pero desde luego que acertó plenamente. El giglicórner es el saque de esquina en el que el lanzador se la da en corto a otro compañero para que éste centre. Se distingue porque rara, pero rara, es la vez en que el equipo que saca el córner marca gol.

El partido contra el Villarreal se presentaba con ilusión y optimismo para el Atlético de Madrid. Después de ganar al Sevilla en un partido de los de antes, la situación era inmejorable. Aunque no era lo fundamental, el líder había perdido la noche anterior, precisamente contra el Sevilla, y si se conseguía la victoria, no sólo se lograrían tres puntos, sino acercarnos al liderato.

Harrison Ford es el protagonista de una película cuyo título, Frenético, ya da idea de cómo se va a desarrollar la misma. Interpreta el papel de un doctor estadounidense (Richard Walken) que viaja a París para asistir a un congreso. Le acompaña en el viaje su esposa. Estando en el hotel y mientras el doctor Walken está duchándose, su mujer desaparece misteriosamente. A partir de este momento, la película se convierte en una serie consecutiva de acontecimientos que se suceden sin descanso, si parar uno a continuación del otro, mientras el doctor busca a su mujer.

El Atleti ha seguido demostrando carencias defensivas. Parece que continuara jugándose el partido de Moscú. En los últimos minutos achuchó el Levante con varios córners seguidos, y ya se sabe córner en contra del Atleti, peligro para el contrario. Hasta el último segundo del partido no estuvimos tranquilos. Los defensas del Atleti eran incapaces de sacar el balón, ya no jugado, que eso sería ya tremendo, sino aunque sea de voleón, ¡por Dios!.

No ha habido juego en el centro del campo, en casi ningún momento del partido, y así es muy difícil que se pueda hacer un fútbol medianamente soportable

El Atleti llevaba dos puntos antes de comenzar el partido del domingo pasado, y hoy, ocho días después, lleva once. Tres partidos, tres victorias, nueve puntos. La facilidad con que el Atleti está marcando los goles contribuye a que los jugadores tengan la confianza suficiente para saber que en el transcurso del partido van a crear una docena de ocasiones que les permitirán ganar el partido.