Pasan los días y las semanas y la actividad sigue siendo mínima a orillas del Manzanares. El Atlético de Madrid no ha movido ficha salvo el sacrificio de la dama, en término ajedecístico, que supuso la salida de Radamel Falcao y la adquisición de un peón con vocación de alfil que es Leo Baptistao. El aficionado atlético, alcanzado casi el mes de julio, sigue sin contar con un ápice de ilusión para afrontar la que se presenta como una de las temporadas más ilusionantes de la historia reciente del club.