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Cada uno tenemos en nuestro ideario una colección de encuentros gloriosos que guardamos como oro en paño en la memoria. Entre ellos hay multitud de partidos Atlético de Madrid-FC Barcelona. Pero yo antes de que ruede la bola en el fortín en el que ha convertido el Vicente Calderón y de pelear por un liderato y quien sabe si por una Liga quiero hablarles de otro Atlético. De uno que no ganó aunque lo mereció, de uno de hace más de 20 años

Simeone se defiende tan bien en el mundo del fútbol que se ha lanzado al mundo de la literatura y a escribir su propio libro, “El efecto Simeone, la motivación como estrategia”. Este libro podría ser lo más parecido a la biblia del ‘Cholismo’, dónde se encuentran todas las claves de superación de éste equipo. Flanqueado por su guardia pretoriana de cuerpo técnico, sus capitanes y ex jugadores muy amigos como Solozabal y Toni nos dimos un baño de Cholismo.

En los últimos años, no hay mejor barómetro para comprobar las corrientes de opinión que las redes sociales. Basta una rápida ojeada a Twitter para ver que la agitada afición del Atlético de Madrid ha puesto la cruz a Gregorio Manzano después de diez partidos de Liga en los que el equipo deambula en mitad de tabla, mirando más de reojo a los puestos peligrosos que a aquellos a los que habría que aspirar. Incluso la grada del Vicente Calderón, erigida en improvisado Foro Romano colchonero

El pasado domingo día 10 me levanté temprano. Apenas había podido dormir la noche anterior, no se si por la paliza del viaje del día anterior (viajé más de 600 kilómetros para estar allí) o por la emoción de lo que tenía por delante. A las 9:15 ya estaba Ricardo Menéndez (@rickyam) esperándome en la […]

Dedicar todo un domingo precioso del mes de abril al Atlético de Madrid y levantarse, la madrugada siguiente, un buen rato antes de lo debido a escribir lo que viví ayer, deben de ser dos síntomas claros de locura. Por ahora, no asisto a ninguna consulta psiquiátrica mientras llega, no llega el requerimiento de algún centro especializado que reclame mi presencia disfrutaré haciendo lo que más me apetece en este momento, que es contárselo. Y, al mismo tiempo que se lo cuento, revivirlo.