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Gran alegría la que nos dio ayer el Atleti. Por la importancia del partido, por lo inesperado. Hace tiempo que el Atleti no ganaba un partido de esos de los que tienes que ganar si queremos estar arriba, si jugar la Copa de Europa no sea un acontecimiento, sino una costumbre.

Y lo hizo por táctica, por técnica, por fútbol y por narices. Las del Kun Agüero, que ayer se las partieron.

Una imagen que resume la entrega de todos los futbolistas en general, que salieron mentalizados para ganar un partido, y lo hicieron. ¡Ay, si fuera así todos los partidos!

El domingo pasado casualmente estuve viendo por la mañana la repetición del programa de televisión que iba a elegir a nuestro representante en el festival de Eurovisión. El programa, presentado por la incombustible Rafaela Carra, consistía en las actuaciones una tras otra de grupos musicales que se presentaban anhelando el estrellato y la fama a través de la televisión. Ni que decir tiene que cada canción que presentaban era peor que la anterior y así el programa avanzaba decadentemente hasta que saltó al escenario un tal Chikilicuatre.

Diez razones para votar a Sergio Agüero rey del fútbol:

1. Porque juega en el Atlético de Madrid.
2. Porque es un crack.
3. Porque nos hace disfrutar del fútbol.
4. Porque estamos hartos de mediocres que se creen los mejores.
5. Porque hará del Atleti un equipo campeón.
6. Porque le queremos.
7. Porque necesitamos emocionarnos con sus goles.
8. Para que sienta el Atleti como lo sentimos los aficionados.
9. Para que no lo vendan y se jubile en el Atleti.
10. Por este vídeo:

Noche mágica en el Calderón. Como hace tiempo que no la vivíamos. Nada hacía pensar que podría ocurrir algo así. La peor racha de resultados y de juego de la temporada. Ambiente enrarecido por la foto histórica del presidente, por la eliminación de la Copa de la UEFA, las derrotas ante Osasuna y Athletic y a un paso de perder la cuarta plaza. Todo eso cuenta para los demás, menos para el Kun.

Agüero se abstrae de la trascendencia de los partidos, no concede importancia al rival, le da lo mismo el victimismo que suele acompañar al Atleti. Parece que piensa, cuanto peor, mejor.

Ayer vivimos uno de los partidos más tristes de esta temporada. Jugamos los últimos de la jornada, los resultados de otros encuentros nos dejaban una oportunidad fantástica para superar al Villarreal, para distanciar al Español y para seguir dejando al Sevilla a una distancia considerable, pero una vez más volvimos a fallar.Y perdimos contra un equipo mediocre que sufre desde hace unos años lo indecible para mantenerse en primera división.

Habían pasado sesenta minutos de un partido infumable, insoportable, deplorable (añadan todos los -ables que se sepan y se quedarán cortos). Lo iba aguantando a duras penas, y en esto que entre bostezo y bostezo sale Agüero. Ahora sí que van a pasar cosas, pensé. ¡Vaya que si pasaron! En diez minutos cambió el ritmo del partido con un par de apoximaciones esperanzadoras.Pero, en una jugada absurda, un escupitajo sin sentido ni motivo, injustificable, imperdonable, (vuelvan a añadir todos los -ables) el árbitro expulsa a Agüero.

¡Qué bonito es levantarse un lunes cuando el Atleti ha ganado el domingo! Suena el despertador y empiezas a caer en la cuenta de donde estás. Qué día es hoy, qué tengo que hacer son los primeros pensamientos. Lunes, arggg! pero, en seguida te acuerdas de que ayer ganó el Atleti y ya no es todo tan malo en esta vida.