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Radamel Falcao fue incluido en la alineación ideal de la FIFA del año 2012. Una alineación copada por futbolistas del Real Madrid y del Barcelona en la que logró colarse, con todos los honores, el delantero colombiano. No es mala hazaña que el nombre de Falcao aparezca hoy en todos los espacios informativos deportivos junto a los de Messi, Cristiano y compañía. El único que rompió la indestructible, hasta ahora, dualidad del fútbol español.

Acaba de terminar la gala del Balón de Oro 2012 organizada por la FIFA en la que, una vez más, Messi se ha hecho con el trofeo principal. El representante atlético, Radamel Falcao, no estaba entre los 3 finalistas, aunque sí estaba nominado para el premio Puskás por el mejor gol de 2012. Aunque sorprendentemente el colombiano no ha resultado ganador de este premio, sí ha sido elegido como integrante del mejor XI de 2012 entre una maraña de jugadores del Real Madrid y el Barcelona.

Después de leer la entrevista que publica as.com a Miguel Ángel Gil Marín uno no puede quedarse más que perplejo pese a que ya no debería sorprender nada de lo que haga y diga el personaje. La frase que más llama la atención de Gil es: «Falcao se ha ganado el derecho a decidir». «y le ayudaremos a que lo decida» apostilló.

Falcao es una persona libre que vive en un Estado de Derecho

Los Agentes de la FIFA consideraron a Radamel Falcao como el mejor futbolista de 2012. El premio concedido por Globe Soccer se ha entregado hoy. El colombiano viajó desde Colombia hasta Madrid y después de una breve escala, voló hasta Dubai para asistir a la gala. Unos días antes en su país natal recibió también otro premio: la medalla al mérito ciudadano, entregada por la Policía Nacional de Colombia.

Se nos cayó el Atlético de Madrid con el primer gol de Adriano. No sé si por incredulidad ante el golazo del lateral, porque el Barcelona despertó o porque la debilidad mental que ha reflejado el equipo ante Madrid y Barça es superior a la confianza ampliamente demostrada con otros rivales. Sea como fuere, el Atleti desapareció. A partir de entonces vimos el partido que no queríamos ver: un Atlético miedoso y apretujado atrás, con deseo de que el reloj corriera más deprisa de lo que físicamente es posible, esperando que le cayeran los menos goles posible.

Los malintencionados dijeron que Radamel Falcao García llegó al club como parche de último minuto para llenar un hueco y sustituir a un jugador que la afición creía inmejorable. Sin que haya pasado año y medio, el sustituto amenaza seriamente con superar los registros de cualquier fichaje reciente y seguir dejando una huella indeleble en la historia rojiblanca. La afición le acogió desde el primer momento sabiendo que había madera de superestrella y el colombiano no ha defraudado.

No sé qué tenemos los del Atlético que siempre encontramos un punto de autoflagelación que no nos hace disfrutar plenamente de los triunfos. Ni siquiera de una contundente victoria como la conseguida contra el Deportivo de La Coruña. Siempre hay quien ponga los deméritos contrarios por encima de los aciertos propios. Este Atlético está haciendo, hasta ahora, una temporada prácticamente inmaculada. No reconocerlo o ponerle pegas es tremendamente injusto.