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Falló Diego Costa ayer un penalti y la red parecía sonrojarse y pedir perdón. Es lo que tiene crear una rutina tan íntima. Como el café de por las mañanas y el punto de la carne, hay cosas difíciles de cambiar de un día para otro. Costumbres graníticas. La de Costa es el gol. Muchos desconfiaron y dejaron de creer y Diego les recondujo en minutos por el camino de la fe de la que él es profeta.
Falló el penalti y no parecía buscar el gol: parecía buscar venganza.

Tantos años sufriendo y nosotros sin imaginarnos que nos esperaba un equipo extraordinario, el mejor Atlético de Madrid de la historia, no en cuanto a juego posiblemente, pero sí en cuanto a resultados. Tanto años sonrojándonos con el comportamiento y la profesionalidad de algunos entrenadores y futbolistas y resulta que ha llegado este actual Atlético de Madrid para cambiar el transcurso de la historia haciendo aflorar nuestro orgullo cada vez que salta al césped. Este Atleti marcará una época, a no ser que venga un tonto y lo joda. .

La figura sobre la que se posan los focos de la fama es la de Diego Pablo Simeone. En el backstage, fuera de plano, hay otros personajes sin los cuales esta ilusionante historia de película que estamos disfrutando no sería posible: Germán Burgos y Óscar Ortega, principalmente. No marcan tantos ni dan pases de gol, pero hacen que los futbolistas del Atleti estén en las mejores condiciones físicas y mentales para salir a competir en cada partido.

Hay una conocida canción atlética que comienza recordando que “pasan los años, pasan los jugadores…”. No hay mayor verdad en esta era ‘mercadotecnizada’ donde los jugadores son simples productos que ofrecer al mejor postor. Aquel que sobresale del resto acaba abocado a nuevas aventuras que suelen garantizar un salto en lo económico en la mayoría de los casos, no siempre en lo deportivo. Ante tal romántica injusticia, al pequeño no le queda otra que reinventarse

Trabajar para ganar. Ganar para ser feliz. Ser feliz para hacer felices a los demás. No hay mayor satisfacción personal que hacer felices a otras personas, incluso a aquellas a las que no se conoce. El médico que sana una enfermedad, el conductor del autobús que, con una sonrisa, recibe a los pasajeros con buenos días. El mundo está llena de grandes noticias y pequeños detalles que hacen la vida más agradable .

Hacemos un repaso de la trayectoria en rojiblanco del central internacional uruguayo Diego Roberto Godín Leal que llegó en verano de 2010 procedente del Villarreal y esta mañana ha extendido su contrato actual 3 temporadas más hasta junio de 2018. El central llegó tras la consecución de la Europa League con Quique Sánchez Flores, en la última temporada de García Pitarch como director deportivo. (Creo que soy el primero que fui enormemente crítico con la labor del anterior director deportivo.

Justo en el centro de un descampado, medio oculto por unos matorrales, un marciano había aparcado su OVNI y, sentado en una piedra, contactaba con su planeta a través de un comunicador sideral.

Así comienza el cuento “Un mar de historias” escrito por Juan Luis Cano y publicado por Editorial Mediterrània sobre la historia del Atlético de Madrid.