El Atleti es Esparta. Los hombres que habitan en ella saben que con el sufrimiento alcanzarán la gloria de los elegidos. Sus hijos y los hijos de sus hijos leerán con orgullo sus nombres escritos en piedra. Pero para ello, primero hay que sufrir. Ningún sacrificio será esquivado si es necesario para alcanzar la victoria. Cada rival que se aniquile es un paso más para la inmortalidad.
Para soportar el sufrimiento es imprescindible vivir al día.