Les contaré un secreto, si algún día pasan por el estadio del Atleti al término de un partido y escuchan que la afición sale cantando: Yo me voy al Manzanares, al estadio Vicente Calderón, donde acuden … es que el fútbol y el Atleti se han reconciliado. El Atleti venía de representar, con éxito de crítica y público, uno de esos partidos infames con los que los nuestros nos obsequian con mayor asiduidad de la que nos recomendarían en una prescripción médica responsable que tuviera como objetivo un tratamiento curativo de nuestra pérdida de fe colchonera.