Media hora fue suficiente para comprobar lo que se ha echado de menos a Arda Turan en los últimos cuatro meses. Sin aquel atropello que le propinó Fàbregas en el último partido de liga en el Camp Nou, quizá el final de la temporada pasada hubiera sido otro. Nunca lo sabremos. Sin esas recurrentes lesiones musculares, a lo mejor, el Atleti hubiera ganado en Vallecas. Tampoco lo sabremos nunca. Lo que sí se puede asegurar es que ayer hubo dos partidos distintos: antes de Arda y después de Arda.