Regresó Diego Pablo Simeone, volvió el Atleti. Un Atleti diferente e igual al del año pasado. Diferente porque el estilo de juego es distinto. Igual porque conserva la fuerza, la garra y las ganas de ganar. Se dieron las circunstancias para que fuera una noche estupenda de fútbol en la que se demostró que la unión entre la grada y el césped tiene nexos sólidos, que un invento interesado y burdo de la prensa no van a romper. Ni con Simeone ni con los futbolistas.