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«Ganar la décima es algo más que ganar la Copa del Mundo». Así de rotundo se expresaba Íker Casillas, capitán del Real Madrid y, también, de la selección española el 24 de mayo. El hombre que ha tenido el honor de recoger las tres copas internacionales ganadas por España en los últimos seis años pronunció unas palabras que, leídas con la perspectiva que ofrece el paso de cuatro semanas y con el desarrollo de los dos partidos que España ha jugado en el Mundial de Brasil

Por si al final se produce la desbandada de futbolistas en el Atlético de Madrid que se lleva anunciando un par de semanas, Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo han puesto en marcha una estrategia en los medios de comunicación para eludir su responsabilidad. Mediante el ya tradicional método de echar balones fuera quieren repartir responsabilidades entre todos los que puedan implicar de forma que ellos queden eliminados de la lista de culpables.

Hace unos seis años, más o menos, la “oficina de marketing” del Atlético de Madrid inventó aquel concepto ridículo de la marca Atlético de Madrid. La marca Atlético de Madrid era, según decían, una marca sólida, consolidada y creciente. Yo siempre he tenido claro que eso de las marcas, referidas a entidades sociales, son sólo chuflas, paridas.
La marca Atlético de Madrid se verifica en los éxitos deportivos, como no podía ser de otra manera. Así, ha hecho más el Cholo por esa marca que Gil Marín en todos los años que lleva en el club.

Dicen los entendidos que el Atlético de Madrid está condenado a vender todos los años a sus estrellas. La economía del club, continúan, no permite realizar los mismos grandes desembolsos que hacen los clubes más ricos del continente. Los entendidos describen los hechos, pero no entran a analizar el fondo de la cuestión. Lo verdaderamente mollar de este asunto no es que el Atleti deba mucho dinero, eso lo sabemos, sino por qué el Atleti tiene esa deuda histórica tan enorme y quiénes son los responsables

Después del intensísimo final de temporada protagonizado por el Atlético de Madrid he querido abstraerme de todo tipo de publicaciones que están apareciendo en los medios de comunicación al respecto de los jugadores que pueden abandonar el club este verano. De otra forma sería imposible seguir disfrutando de la temporada tan fantástica que hemos vivido. Y yo quiero seguir disfrutando de lo conseguido con la esperanza puesta, de forma intacta, en que lo mejor está por venir -Gabi, dixit-.

Cuando Filipe Luis se tuvo que retirar acalambrado, a Koke se les subieron los gemelos, Tiago no podía casi ni permanecer de pie y así, en similares circunstancias, los demás jugadores atléticos, sobre el césped del Estadio de la Luz un hombre vestido de rojiblanco con un brazalete verde chillón, con el número 14 a la espalda seguía corriendo como si aquél abultado, tanto como injusto, resultado aún tuviera solución. El capitán del Atlético de Madrid, nuestro capitán, dio una lección de pundonor

Dicen los estudiosos de El Quijote que uno de los aspectos más sobresalientes de esta magna obra literaria es cómo, en el devenir de la novela, se va apreciando un intercambio de papeles entre los dos protagonistas: don Quijote y Sancho Panza. El Quijote aventurero y soñador se va transformando en un personaje cercano a la realidad en la que vive. Por el contrario, Sancho Panza, mucho más mundano y materialista al principio, va desarrollando a lo largo del libro una personalidad más idealista y quijotesca.