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Si no están muy pendientes de las redes sociales o no han podido visitar forzaatleti en las últimas horas, casi ni se habrán enterado de que el Atlético de Madrid ha ejercido la opción de compra de Pizzi. Ricardo Menéndez firmó ayer un estupendo artículo en el que se pone de manifiesto la incongruencia del mensaje oficial del club.Por un lado, no nos dejan de bombardear con continuos mensajes de los problemas económicos, y por otro, el Atleti se deja un buen puñado de millones en la adquisición definitiva de Pizzi.

Igual que se dice en la tragedia cumbre de Shakespeare, algo huele a podrido en la ribera del Manzanares cada vez que surgen informaciones sobre cesiones o fichajes, presentes o pasados y el nombre de Jorge Mendes aparece en escena. Siempre existen versiones cruzadas y contradictorios, omisión de información y un falta total de transparencia.
En inglés decimos «like rain on your wedding day» para referirnos a esa felicidad que nunca parece ser completa.

Ayer fue un día grande para los atléticos. Estuvimos señalados. Y no me refiero al fatal error del mejor lateral derecho ofensivo que tiene España, sino a unas declaraciones de Amancio donde tildaba a los seguidores del Atleti, como «disfrazados». Ese disfraz que se ponen muchos atléticos que salen a la calle para presumir de equipo porque les va bien.

No saquemos conclusiones precipitadas.

Filosofábamos no ha muchos días un amigo y yo acerca del significado, del verdadero significado del concepto de libertad. Decía yo que el ser humano nace libre y es libre por el hecho de ser. No hay ningún mortal con la facultad de otorgarla. Sí de quitarla o limitarla mediante el miedo, la mentira o la fuerza. La libertad es connatural al ser humano, por eso quitar la libertad, restringirla o condicionarla es un ataque a lo más valioso que tiene la persona.

No se emocionen con la foto de portada. No es un fotomontaje, aunque si esperamos verla en la selección absoluta más nos vale ir abriendo Photoshop porque no contamos con ver a Mario luciendo la roja en un futuro ni inmediato ni lejano. En un Atleti en pleno ascenso meteórico es lógico pensar que como ocurre en todas las escuadras que copan los primeros puestos de las grandes ligas, sus selecciones estarían ávidas por llevarse a estas estrellas en alza seleccionados. Es lógico pensar que esos chicos capaces de amenazar durante casi dos meses ya la hegemonía Real Madrid / Barcelona serían centro de atención de sus respectivas selecciones. ¿O no?

Resulta fácil recurrir al tópico de pensar en cómo hubiera sido el pasado desde la perspectiva de los buenos tiempos. ‘A toro pasado, todos somos Manolete’, reza el tópico español que define a la perfección la constante manía de muchos de tratar de imaginar un pasado que ya no podrá cambiar por mucho que nos empeñemos. A pobres diablos como el que suscribe, les resulta imposible embriagarse por completo con el buen momento que vive el Atlético de Madrid.

El Atlético de Madrid se ha convertido por méritos propios en uno de los grandes protagonistas positivos de este inicio de temporada. Plantilla y afición se han dado la mano gracias al mejor nexo de unión posible: la mano directriz del Cholo Simeone desde el banquillo. El equipo se ha convertido en una resurrección de lo que el técnico argentino fue como jugador, aunando características que gustan más que de sobra en la grada del Vicente Calderón.