Afirmar, a día de hoy, que Thibaut Courtois es, posiblemente, el mejor guardameta del mundo no es ninguna exageración. Courtois tiene un físico envidiable, casi dos metros de cancerbero, una envergadura descomunal y unos reflejos portentosos que le permiten llegar a cualquier ángulo de la portería. El belga no es torpe jugando con los pies y además es bastante fiable en sus salidas por alto. Obviamente, no es infalible y en ocasiones, pocas, falla.