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Ya saben ustedes que en el fútbol existen muchos tópicos. Uno de los más utilizados por los técnicos es aquel que se define con la frase: «No hay enemigo pequeño». Cualquier equipo medianamente apañadito se encierra atrás con ocho jugadores y crea dificultades a la mismísima campeona de Europa. Resultados como la victoria de Inglaterra o la de Italia o la derrota de Francia viene a confirmar que el fútbol, el deporte en general, se ha igualado mucho.

Estoy siguiendo con atención los Juegos Olímpicos de Pekín. Unos juegos que, a mi juicio, no deberían haber sido concedidos por el COI debido a la flagrante y sistemática conculcación de los derechos humanos más elementales que se hacen en China. Por ejemplo, la práctica sistemática de abortos por el simple hecho de que las mujeres habían concebido una niña en vez de un niño.

Siguiendo con la serie de vídeos históricos que incié la semana pasada recordando la final de la Copa de Europa de 1974, hoy os ofrezco la victoria en la Copa Intercontinental del año 1975.

El 10 de abril de 1975, el Atlético de Madrid tuvo una segunda cita con la historia. Después de perder el año anterior la Copa de Europa en un partido agónico, el Atleti tuvo la oportunidad de volver a competir por un torneo internacional. Y lo hizo ante el Independiente de Avellaneda, ganando la final a doble partido y proclamádose campeón del mundo.

Ahora que vivimos un fútbol lleno de mediocridades tanto en los despachos, como en los banquillos, como en los terrenos de juego he decidido recordar dos momentos gloriosos en la historia del Atlético de Madrid.

El primero de la serie es la final de la Copa de Europa de 1974. Fue contra el Bayern de Munich como todos sabéis. El resultado final del primer partido fue un empate a un gol. Cuando todo parecía ganado después del gol de falta de Luis, un alemán de nombre impronunciable, que no voy a recordar, porque si no a su pobre señora madre le pitarían los oídos, marcó el empate.

A todos aquellos lectores de este blog les recomiendo el artículo que escribió hace unos días Rubén Uría en su blog sobre José Eulogio Gárate. Emocionante, emotivo, fantástico, la verdad una delicia. Si eres del Atleti no te lo puedes perder.

Os dejo un vídeo con el gol que marcó Gárate en la final, que ganó el Atleti, de Copa del año 1976 en el partido que enfretó al Atlético de Madrid contra el Zaragoza.

Después de los dos últimos partidos desastrosos de la selección se ha creado un mal ambiente en torno al equipo nacional. Parece que la única culpa de todos los males la tiene Luis Aragonés. No voy a defender yo ahora a Luis, pero creo que las críticas son en algunos casos injustas por las siguientes razones:

1º Luis no lo ha hecho mejor que otros seleccionadores, pero tampoco peor. España con él no ha ganado nada, pero tampoco ha ganado nada con los demás.

Llevo varios días queriendo escribir de la selección, pero como todo lo que se me ocurre es malo he preferido esperar a ver si me sale algo un poco decente.

Es imposible que con el calendario que tenemos los futbolistas puedan rendir y pensar en la selección. Para estas fechas todas las competiciones ligueras europeas han terminado menos una: la española. Y entonces ocurre que se lesiona un jugador, mejor dicho lo lesiona un impresentable, «casualmente» Fernando Torres. Si ya hubiera terminado la competición sería grave, pero no afectaría al equipo. Pero, como no es el caso pues el perjudicado el Atleti y el jugador.