Y se cerró el mercado, llego Diego y se completó la primera plantilla realmente compensada y sin bultos sospechosos que se recuerda por estos lares en al menos una década. Además por primera vez en tres años no se comete una «heitingada», esto es, venta de última hora de un jugador importante de la plantilla para el que no se tiene sustituto o apunta a titular. Pero, ¿hay motivos para estar contentos?