En la primera parte de este artículo repasamos los datos que dan origen a la actual preocupación (¿debería decir terror?) reinante entre los directivos deportivos. Hecha la ley, hecha la trampa reza el refranero. Hacienda ya no puede encubrir la astronómica deuda del fútbol español. A todo esto aún no hemos hablado de la tercera pata, el cambio en la ley concursal. Los días de clubes entrampados llegarán pronto a su fin. La ley concursal lejos de ser una salvación como hasta ahora será motivo de descenso inmediato a Segunda B.