A un lado del ring, calzón verde esperanza, ocho victorias en otros tantos partidos ligueros, dos de dos en Champions, una Supercopa perdida con sabor a victoria y una herida cicatrizada tras ganar el derbi: la ilusión del aficionado atlético. En la otra esquina del cuadrilátero, traje, camisa y corbata a juego en riguroso negro, el hombre del partido a partido, el «no somos favoritos», la prudencia por bandera: Diego Pablo Simeone.