Courtois lleva 540 minutos sin saber lo que es recoger un balón de dentro de la portería del Atlético de Madrid, un honor del que, en 109 años de historia, solo han podido presumir Edgardo Madinabeytia y Abel Resino. Un total de nueve horas, más que una jornada laboral media, sin que el Atlético de Madrid tenga que preocuparse por otra cosa que no sea marcar un gol que dé los tres puntos. Ni remontadas tras un gol rival, ni goles que metan el miedo en el cuerpo cuando el partido está dominado. Nada.