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Escuchar el otro día a Diego Pablo Simeone argumentar la clasificación año tras año para Champions League como la única vía de crecimiento económico del equipo en una entrevista radiofónica en Onda Cero y planteándolo como una cuestión de supervivencia me hizo pensar. Es inédito que un entrenador del Atlético de Madrid anteponga la economía a cualquier plan de futuro deportivo. Y sobre todo si hasta el entrenador anda preocupado por si cuadran las cuentas es que no podemos estar en una situación más límite.

Parece una evidencia que el Atlético de Madrid vive en el funambulismo económico constante. La galopante deuda fruto de décadas de mala gestión (no porque los dirigentes no hayan conseguido reestructurar la deuda, posiblemente la mejor gestión de toda su cadena de decisiones empresariales fallidas) llega a su punto crítico. No tanto por la deuda sino porque la UE ha llamado a la puerta.

 Pensábamos que un banco no podía quebrar: Lehman Brothers. Pensábamos que un país no podía quebrar: Grecia. Pensábamos que un los depósitos bancarios estaban asegurados en los bancos. Chipre. ¿De verdad alguien se cree que no puede llegar el día en que media Primera División desaparezca de la noche a la mañana porque en la UE se les acabó la paciencia con esos malos pagadores y peores gestores que son los dirigentes de los clubes de fútbol? La UE ha dado la voz de alarma por la permisividad de la Hacienda española con la deuda y la tributación de los clubes de fútbol. Los medios de comunicación y clubes alemanes e ingleses hacen lobby para forzar un cambio de estatus repentino.

 El problema en su génesis procede de clubes que siempre han vivido por encima de sus posibilidades se les ha permitido endeudarse hasta niveles absurdos. Los impagos a muchos futbolistas cada año es sólo la punta del iceberg. La realidad es que la deuda con Hacienda y la cantidad de clubes en concurso de acreedores ha encendido todas las alarmas en la Unión Europea. Parece poco probable en un escenario de recortes sin precedentes que dejen el tema estar por lo que exigirán un calendario de pagos que quizás muchos clubes no puedan afrontar. En ese escenario podríamos ver de golpe casos de muchos clubes que desaparezcan como ya sucediera con clubes decanos como el Burgos o el Extremadura.

 Según informa EFE, la deuda de los clubes de Primera con Hacienda descendió en 2012 un 8,2% hasta situarse en 690,4 millones de € (535,8 millones son de clubes de primera). 400 de esos millones lo deben equipos en concurso de acreedores. El propio Javier Tebas, Vicepresidente (de probablemente la competición profesional peor gestionada del planeta) que suena como próximo presidente de la LFP habla de la “desaparición inminente de 2 ó 3 clubes” pero elude dar nombres.

 En el lado de los ingresos el problema es igual de acuciante, La Liga creció un prometedor 8% en el último año. Lo malo es que la casi totalidad de ese incremento lo absorbe el Real Madrid y Futbol Club Barcelona. ¿Qué futuro queda a una competición si sólo crecen dos y los demás siguen endeudándose? Sencillo, ninguno. La llamada “Liga de dos” (el otro sobrenombre más vulgar lo dejo al lector) en la que dos mastodontes se pasean alternándose el puesto de campeón y aspirante podría acabar en una de facto liga de dos si a los otros 18 clubes de fútbol se le tratara como a cualquier otra empresa. La mayoría de estos clubes llevarían años disueltos y algún que otro dirigente habría tenido que rendir cuentas ante la justicia por una negligencia empresarial que roza la alevosía.

Ya no se trata de una cuestión deportiva, el Atlético, el Valencia, el Sevilla y demás clubes de menor potencial económico deben realizar temporadas cuasi perfectas sólo para no incurrir en pérdidas catastróficas. Las 4 copas europeas en 3 años que tanta gloria y lustre nos han dado, en lo económico no han servido más que para enjugar un deterioro económico sin aparente solución. Parece una huida hacia adelante sin fin en la que tropezar un año puede significar acabar atropellado. Valencia o Sevilla esta temporada resultan ejemplos muy ilustrativos. Tras leer todo esto ¿sigue creyendo que el Atlético de Madrid no corre riesgo de desaparecer?

(En la parte II analizaremos la deuda del Atleti, la implicación de la UEFA y su Fair Play económico y qué soluciones plantea el club para flotar a pesar de llevar Titanic tatuado en el costado)