Tras caer en Fort Vallecas, las pistolas seguían cargadas y el intercambio de tiros a base de tuits y retuits no se hizo esperar. Vergüenza. Crisis. Jugadores mercenarios. Cholo vete ya. Para algunos, el Atlético es un interruptor on / off. Un semáforo sin ámbar. La ciclotimia de la mejor afición del mundo explica muchas cosas y nos condena a otras tantas. El domingo pasado tuvimos una muestra, quiero pensar, que no representativa pero sobre la que hay que detenerse.
Este equipo, apañado y resultón pero sin grandes estrellas y con grandes carencias, va segundo clasificado en una de las mejores Ligas del planeta. Al escrito de la presente sigue vivo en todas las competiciones posibles y continua invicto en su casa desde hace eones. Lo ha conseguido un tipo que a base de tensión y, dejémoslo claro, ausencia total de gilipolleces, ha inoculado el virus capaz de modificar la secuencia de un ADN aletargado y sumiso del que parecía imposible desprenderse. El Atlético ha pasado de ser Peter Parker a Spiderman en pocos meses y, a día de hoy, todavía podemos ligarnos a la chica. Pese a todos y todo, el argentino ha armado un equipo que planta cara y que juega bajo la sombra de un ideario en el que afición y jugadores parecen estar, por primera vez en mucho tiempo, de acuerdo.
¿Merece alguien así el beneficio de la duda? No en este equipo, where amazing happens. Cierto aficionado, despojado gracias a Simeone del neofatalismo colchonero, se ve huérfano de tragedia. Muchos han crecido con ella y la reclaman como una vieja manta que les arropa. Otros la necesitan en un extraño ejercicio de autoafirmación en la nostalgia. Por eso la derrota en Vallecas atrajo a muchos hijos pródigos del drama. Me los imagino a cada uno de ellos como un vaquero encuadrado por John Ford, de pie frente al televisor. Muy serio. Con el gargajo en la boca y las manos preparadas para desenfundar raudo el móvil iniciando el tiroteo de tuits y retuits a la mínima provocación. Al mínimo gesto. En el Lejano Oeste de Twitter, ellos son la Ley y el optimista siempre es sospechoso forastero. La munición, por supuesto, es ilimitada: si no luchas, mercenario. Si luchas, agresivo. Si rotas jugadores, inútil. Si no rotas, te espero en mayo. Si te centras en la Liga, has tirado la Copa. Si te centras en la Copa, estás tirando la Liga. Si no sacas a tal canterano, no crees en la cantera. Si lo sacas cuando vas perdiendo -¿hay mayor muestra de confianza, cabría preguntarse?- lo quemas a propósito. Si la cosa se sigue torciendo, no duden que al Cholo se le aplicará la doctrina del fruto del árbol envenenado: Gil elegió a Simeone. Simeone aceptó, ergo, Simeone es gilista. ¿No me creen? Al tiempo. Yo pago las copas.
Seamos sensatos. El Cholismo está lejos de pretender ser una verdad revelada. Simeone no es un Moisés descendiendo cada fin de semana con sus «pizarras de la Ley». Se equivoca, como todos, porque el fútbol -afortunadamente- se nutre de elementos falibles y es, en muchos casos, impredecible. El Cholismo, no es un dogma sino un punto de encuentro donde la tensión física y emocional finalmente se encuentran. Un Km 0 desde el que equipo y afición partían en perfecta armonía. El Cholo apuesta por reconstruir una personalidad que nos había sido arrebatada. Mantengamos la calma y confiemos. Sin estridencias ni histerismos. Por una vez, demos crédito al que se lo ha ganado.
Brutal el artículo. Nada que añadir salvo mis felicitaciones.
Muy amable, don Jaime. Un abrazo cholista.
Para mí el problema es que la afición colchonera ha crecido salvaje y sin referencias en los últimos años del gilismo. Antes este concepto tan difícil de definir como la afición o la grada tenía una cierta conciencia de club. De lo que es el Atleti. De lo que había sido y de lo que era. Si no era la propia directiva era un jugador o un veterano de la grada o, quién lo creería, la propia prensa que conocía y respetaba la idiosincrasia del Atleti. Ahora no. Ahora todo viaja a su suerte en un caos que provoca y favorece a los “dueños”. Por eso la afición se reparte entre los que se rigen por la inmediatez simplista, artificial y sin poso que la prensa aplica a todo lo que no es Real Madrid o Barça, los que han desarrollado un odio tan furibundo al clan Gil que peligrosamente empiezan a interiorizar que cualquier desgracia que le ocurra al Atleti es “buena” porque eso va en contra del duopolio (lo cual es mentira) o los que en mitad de este caos funcionamos con reglas de otros tiempos.
Está todo a flor de piel de forma gratuita y sacado de contexto. Todo tiene que ser negro o blanco. Se puede perfectamente criticar las decisiones de Simeone en Vallecas sin dejar de ser un rendido admirador del argentino pero no. ¿para qué? Hay que estar verdaderamente en otra historia (o no entender nada de lo que es el Atleti) para criticar hoy a Simeone en los términos radicales en los que yo también he escuchado. El problema es que la reflexión o el debate es “aburrido” y no da “espectáculo”. Todo debe regirse por el dramatismo y la categorización tipo puntopelota. Y claro, en el Atleti no hay referencias que marquen tendencia. La historia no existe. El pasado se desconoce y no interesa. Se juzga al Atleti igual que al Real Madrid o al Bayern en unas ocasiones y en otras igual que al Sevilla o a la Ponferradina cuando no tiene nada que ver con ninguno de los cuatro.
Querido Ennio:
Si pudiera le hacía un hueco a su comentario en mitad de mi entrada porque entiendo que se complementan a la perfección. La conciencia de club no existe. Ha sido arrasada sin dejar prisioneros por los paladines de ambos extremos. El Cholo podía amortiguar la brecha, pensábamos algunos. Nos equivocamos, claro.
Un abrazo y gracias por su comentario.
Muchas gracias, pero no lo haga porque creo su artículo está estupendamente como está. Le felicito por ello.
Siempre pensé que los enemigos del Cholo estaban dentro y no fuera y esto no hace más que confirmarlo. Demasiado guadaña escondida esperando la ocasión. Habrá que apretar filas más fuerte que nunca.
Un abrazo,
Genial. Estupendo. Recomendabilísimo. Un muy buen artículo en fondo y forma.
Y la apreciación de Ennio también, brutal y muy acertada. La misma idiosincracia del Cholismo dice, exige, que hay que criticar cuando proceda esperando así mejorar.
Un saludo
Muy agradecido, Iván. Esperemos que no sea tarde para agitar conciencias!
Un saludo.
Don Jesús hago públicas mis felicitaciones por su artículo.
Gracias a todos por sus comentarios que, sin duda, enriquecen la reflexión de don Jesús.
Y como dice don Ennio: prietas las filas.
Don Julio, muchas gracias a usted por brindarme el hueco una vez más. Siempre es un placer.
Siempre a su disposición, don Jesús.
Cholo vete ya en twitter se leyó??? jaja eso era un madridista seguro porque si es del Atleti no tiene ni **** de fútbol
Doy fe de que muchos son -o dicen ser- del Atleti.
Un saludo.
Fenomenal su articulo.
Ya se sabe que en Twitter se puede leer de todo. Personalmente no les doy mucho crédito.
Creo que la mayoría de los Atléticos sanos pensamos como usted o Ennio, por lo menos yo soy de su cuadrilla.
Un saludo.
Muy amable, amigo.
Citando a Burke y su célebre cita: «Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada». Creo que los atléticos sanos -o los que intentamos serlo- tenemos el imperativo moral de luchar contra este tipo de actitudes. Y esta página, incluyendo a articulistas y comentadores, a fe que es un fortín contra el analfabetismo colchonero.
Un saludo.
¿ Cuántos atléticos quieren la marcha de Simeone ? Yo creo que una minoría muy muy pequeña. A veces, pensamos que lo que digan 10 o 20 en Twitter es tendencia y es nada.
Don Fernando,
El artículo va más allá. Va sobre aquellos que buscan el mínimo error, el mínimo descuido para atacar a Simeone, lo que el representa… etc. Sobre aquellos incapaces de disgrutar y que entienden el atlético como una pasión de encendido / apagado, acción / reacción. El otro día el damnificado fue Simeone, pero el problema es más profundo. De base. Ennio lo ha explicado fenomenalmente en su comentario. Quedarse en la crítica a Simeone es un análisis muy epidérmico. Yo tan sólo he querido advertir de los peligros de perder la paciencia o alentar la actitud de estos «vaqueros oportunistas».
Gracias por su comentario.
Un saludo.
Muy bueno, felicidades….
Muchas gracias, Conchy.