Dos sentimientos invadían la cabeza de los colchoneros cuando se cerró el mercado de fichajes. Por un lado, la enorme desilusión, acrecentada semanas después al ver el pago por un futbolista como Pizzi, por no haber invertido en el brasileño Diego Ribas. El hombre que había puesto la guinda a la mágica noche de Bucarest no volvería a vestir de rojiblanco pese a los deseos, casi súplicas, de una afición entregada al futbolista con más calidad que sus ojos habían visto en décadas.
Por el otro, la ilusión de ver los primeros pasos como jugador de la primera plantilla de Óliver Torres. Se pretendía hacer caer el peso del equipo sobre un chaval de 17 años. La prudencia de Simeone y el tiempo han quitado la razón a esta segunda vertiente. Habrá tardes más que de sobra para degustar las delicatesen del joven de Navalmoral de la Mata con la rojiblanca en el Vicente Calderón.
La tercera vía, esa con la que pocos contaban, era el rotundo paso al frente que ha dado Arda Turan. Como si de una declaración de intenciones se tratase, el turco se enfundó el 10 a la espalda, ese dorsal que todos los niños quieren llevar y que tanto ha significado en el mundo del fútbol a lo largo de la historia. No fue solo algo simbólico ya que, a estas alturas de la película, y con permiso de Radamel Falcao, Arda es una de las bases más sólidas del conjunto de la Ribera del Manzanares.
Porque si en algo ha ganado el Atlético de Madrid en la presente temporada es en el equilibrio entre calidad y garra que ha sabido imprimir Arda Turan sobre el terreno de juego. El del domingo fue otro tanto más para su cuenta, que asciende hasta los cuatro en la presente temporada. En total, el turco lleva siete goles en Liga en menos de una temporada y media, una cifra que le pone a la altura de Adrián o Diego Costa en la actual plantilla y que le permite superar a jugadores de la historia reciente del club como Ibagaza, Maniche, Nikolaidis o Mateja Kezman.
Pero hay algo más en el cambio sufrido por Arda Turan. Parece como si la salida de Diego le hubiera quitado un peso de encima. Si el año pasado no pasó de ser una sorpresa agradable con algún que otro desliz en lo extradeportivo, el nuevo curso nos ha regalado a un futbolista totalmente integrado en el fútbol español, en la ciudad y en el grupo. Su capacidad de marcar el tiempo del partido, de organizar el fútbol de ataque y de concluir cuando es necesario le convierte en una pieza básica, en uno de los pilares sobre el que construir el Atlético de Madrid del futuro.
Entre las claves de su éxito se encuentra la dosificación que, como a otros jugadores, está dando Diego Pablo Simeone a Arda Turan. El turco aún no ha debutado en Europa League y no estuvo tampoco en el debut copero del equipo en Jaén. Por el contrario, ha participado en todos los encuentros ligueros salvo aquellos que se perdió por una inoportuna lesión que se trajo de su convocatoria con Turquía. De su frescura en los momentos importantes de la temporada, y ahora comienza uno de ellos, dependerá en gran medida el éxito del Atlético en la presente temporada. Las expectativas mostradas hasta ahora y el hambre insaciable de Arda Turan hacen confiar en el éxito de la misión.
Hemos destacado, y con razón, la importancia de Costa y Koke en la victoria del domingo, pero no se nos tiene que olvidar que Turan fue fundamental. Además de conseguir el gol, salvó el primer del Granada después de una carrera de 90 m. ¡Enorme!
Un abrazo, don Jorge.
Este tío le da otro aire al equipo. Falcao al margen, a día de hoy es el que más se acusaría su ausencia en un partido. Lo que no tengo claro es dónde rinde más (banda o el centro). Lo mejor es que los rivales tampoco saben por qué lado del campo les va a aparecer. El factor desequilibrante que tenemos este año es esa línea de tres detrás de Falcao. La movilidad y las combinaciones que pueden hacerse con Adrián, Costa, Cebolla, Emre, RG8 y el propio turco es casi infinita.
Estoy con LH, hay muchas combinaciones y, por suerte, ninguna de ellas baja el nivel de manera excesivamente alarmante como ocurría en años anteriores.
Para mí, la vía principal es Simeone. Arda puede irse o venir, al igual que cualquiera de los jugadores del plantel. No obstante, mientras esté el Cholo, nuestra camiseta «vale más que la del rival».
Qué frase, don Jaime, qué frase!