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Si el día que salió a la luz el calendario de Liga preguntan uno por uno a los Atléticos por su Top 5 de encuentros que marcarían la temporada, pocos o ninguno se habría fijado en la visita a Granada. A decir verdad, un encuentro bien cerquita de la Alhambra poco de especial tiene salvo por el incomparable marco de la ciudad andaluza. Pero el contexto con el que se llega al encuentro hace sí tenga que considerarse como uno de esos choques que deciden el devenir final de la temporada.

Y es que al Atlético le ha sentado este parón por los encuentros internacionales como al Casanova que, tras dos desengaños amorosos, ve que vuelve a la senda de las conquistas cuando de repente tiene que parar. En uno de esos momentos que los especialistas en el apartado físico denominan como valles de esfuerzo en la temporada, el Atlético de Madrid vio cortada su triunfal racha en Liga en Valencia y en Europa tras un choque para olvidar en Coimbra. Sin embargo, lejos de encerrarse en el dolor de la derrota, supo revertir la situación con nulo brillo y lo justo de esfuerzo ante el Getafe. La pregunta es: ¿y ahora, qué?

El partido, en sí, es de los que hay que ganar seis de cada diez veces, de los que también se podría perder, por qué no, pero del resultado de este encuentro llegarán las sensaciones para afrontar el tramo más complicado de la temporada. El hecho de tener encarrilada la clasificación para los cruces en Europa League y para octavos de final en Copa del Rey no deben hacer que el equipo se relaje ante un calendario que tendrá como doble prueba de fuego el Bernabéu y el Camp Nou en apenas dos y cuatro semanas. Entre medias, visita el Calderón un siempre incómodo Sevilla y, antes de cerrar el año, los dos conjuntos gallegos.

Por si la empresa no fuese suficientemente complicada, podría apostarme algunas cervezas prepartido de esas que tanto gustan a orillas del Manzanares con cualquiera de ustedes a que, en este mes fundamental, el futuro próximo de Radamel Falcao copa todas las portadas de los diarios deportivos. Misión del colombiano mantener como hasta ahora la cabeza en lo que mejor sabe hacer, marcar goles, y de Simeone mantener el estado de concentración que llevamos hasta ahora. Abróchense los cinturones que este año lo complicado se antoja divertido.