Lo mejor del partido de ayer en el Palacio de Vistalegre fue comprobar que, efectivamente, el Atlético de Madrid tiene equipo para luchar por grandes cosas en la VELUX EHF Champions League. Pero ayer, no. El equipo demuestra una pasmosa debilidad defensiva, principalmente por la renovación que el club ha acometido (forzado, realmente, por las numerosas bajas, que ha sufrido el equipo, buscando nuevas aventuras, mejor pagadas).
Y si bien en Asobal, el Atlético de Madrid no ha encontrado aún un rival que le ponga en aprietos, gracias a un benigno calendario (4 partidas, 4 victorias), se vio en la Supercopa, frente al Barcelona, que el equipo aún no está asentado. Muchas bajas en puestos claves (Sterbik, Ríos, Rodríguez, Abalo, Dinart, Guardiola) y altas con mucho potencial, aún por explotar, y una megafigura que, sinceramente, es una sombra de lo que fue. Trataremos el tema de Ivano Balic después.
Si quisiéramos hacer una analogía con el fútbol, ayer el Atlético de Madrid se enfrentó al Barcelona de los 6 títulos de Guardiola. El TWH Kiel es el vigente campeón de la Bundesliga (de lejos, la mejor liga de balonmano del mundo), campeón de la Copa de Alemania y campeón de la EHF Champions League en el 2012. Unos cracks, los cojas por dónde los cojas. Y contra ellos, un Atlético de Madrid en construcción.
El partido comenzó rapídisimo, en un ambiente fantástico, con más de la mitad del aforo lleno (8.800 espectadores) y con un Atlético de Madrid dispuesto a plantar cara al TWH Kiel. Sin embargo, a pesar de un prometedor 2-1 en los primeros compases del partido, las rapidísimas transiciones del Kiel de defensa a ataque, dejaban en evidencia los problemas en los cambios del Atlético de Madrid que cambiaban 2 y 3 jugadores en cada jugada y se veían superados antes de poder colocarse.
Talant Dujshebaev colocaba una defensa 6-0, consciente de que estaba comprometiendo su señal de identidad, para que el equipo, muy nuevo, muy joven, se compenetrara mejor. Fue misión imposible. Con un equipo de cañoneros como el Kiel, no puedes defender con un 6-0, salvo que tengas a 6 armarios empotrados de doble puerta y cristaleras reforzadas. La primera línea del Kiel hacía con la defensa atlética lo que quería, y jugadores como Jicha, Ilic, o Palmarsson, literalmente se hincharon a destrozar las redes de la portería que ayer defendía un voluntarioso Markus Dahl (por lesión del capitán Hombrados y, mucho me temo, por cambio generacional).
El ataque del Atlético de Madrid, por el contrario, empeñado en jugar con la segunda línea, con Julen Aguinagalde como referencia, se estrellaba una y otra vez contra una rocosa, durísima, a veces rayando en la carnicería, defensa que permitía a los visitantes irse con un 3-7 al marcador en el minuto 9. Talant pidió tiempo muerto y recompuso la primera línea, metiendo a Balic, Cañellas y Kallman. La aparición de los dos últimos, sobre todo, y el duro castigo que los árbitros inflingían a la dura defensa alemana agotando las amonestaciones en menos de 7 minutos y empezando a excluir, sin contemplaciones, permitió al Atlético de Madrid empatar el partido a 11 en el minuto 20. Los árbitros, de nacionalidad danesa estuvieron, por cierto, muy bien, castigando al equipo que más duro defendía y pasaron prácticamente desapercibidos, que es la mejor carta de presentación de una pareja arbitral.
Un nuevo tiempo muerto del entrenador islandés del Kiel volvía a poner las cosas en su sitio, con fulgurantes contraataques ante las contínuas pérdidas de balón de Ivano Balic y los pases desperdiciados a Aguinagalde, desquiciado todo el día. Es uno de los problemas de contar con, posiblemente, el mejor pivote de la actualidad, y es que quieres jugar con él. El TWH Kiel, consciente del daño que podía hacer Aguinagalde, se concentró en no dejarle jugar. Encargó su defensa al especialista Toft Hansen, que se iba cargando de exclusiones, pero que permitió que Aguinagalde, ojo al dato, no llegara a lanzar a portería en todo el encuentro. A pesar de las contínuas superioridades del equipo español por las exclusiones, se desaprovechaban en ataques desarticulados y sin profundidad y los alemanes se iban al descanso 15-17.
El partido se reanudó con mayor tensión defensiva del Atlético, que propició su primera exclusión (al final fueron 2, por 8 de los visitantes). Y ahí se vieron todas las grietas del equipo. El equipo en defensa era un coladero mayor que antes, y en ataque se estrellaba una y otra vez con un Cañellas muy sólo y sin profundidad y un Balic que demostraba no estar en su mejor momento, tal y como ya vimos en las últimas Olimpiadas. Aún así, los esfuerzos de gladiador de Cañellas, llevaban al Atlético de Madrid a empatar el partido a 18 y posteriormente, gracias a Lazarov, a 20. Volvió Gislasson a mover ficha y renovó su primera línea, volviendo a taladrar la portería de Dahl sin contemplaciones. Los alemanes se fueron de 3 goles y ni el intento de Talant de jugar con dos centrales y dos pivotes pudo hacer mella en la defensa alemana. A falta de 5 minutos, el marcador mostraba un desolador 26-29 que ya sólo se ampliaría dado que el Atleti se sentía inferior y dilapidaba ataque tras ataque frente a la muralla inexpugnable de los alemanes. Al final, el público, en pie, agradeció al Atleti su esfuerzo, pese al 27-32 que lucía en el marcador del Palacio de Vistalegre.
Queda mucho que mejorar, queda mucho que cohesionar, pero este equipo tiene un potencial tremendo que esperamos se pueda ver en los siguientes partidos. El siguiente partido es contra el Celje esloveno, un rival, en principio más asequible que perdió en esta jornada contra el Veszprem húngaro por 10 goles.
27. ATLÉTICO (15+12):
Dahl; Roberto García (2), Lazarov (6, 2p), Ferrer (-), Jurkiewicz (2), Davis (-) y Aguinagalde (-) -equipo inicial- Antonio Díez (ps), Sánchez Migallón (-), Kallman (4), Romero (3), Barachet (3), Cañellas (4), Gojun (-), Masachs (3) y Balic (-).
32. KIEL (17+15):
Omeyer; Ekberg (-), Vujin (4, 3p), Wiencek (-), Ilic (4), Jicha (7) y Klein (4) -equipo inicial- Palicka (ps), Toft Hansen (3), Sigurdsson (-), Sprenger (1), Ahlm (2), Zeitz (-), Palmarsson (4) y Narcisse (3).
Foto: Balonmano Atlético de Madrid.
Genial crónica, si señor, máxime para los que nos gusta el balonmano pero no lo entendemos en exceso.
Por otro lado, ¿Me podría confirmar el autor del mismo si los títulos que se están consigiuiendo desde que está el Atleti de patrocinador pasan a engrosar nuestro historial, o el del Balonmano Ciudad Real? Dicho de otra forma: el Atleti, en el fondo, no es más que un simple patrocinador, sin más, ¿No? ¿Me podrías aclarar la situación real?
Muchas gracias por adelantado.
Pues hasta dónde yo sé, que no he estado en las negociaciones, ni soy periodista ni nada, el equipo de Asobal no pertenece al club BM Atlético de Madrid, si no que usa su patrocinio, nombre y colores. Si te fías de la Wikipedia, esto es lo que pone: En 2011 Domingo Díaz de Mera funda el Club Balonmano Madrid S.L. para recibir los derechos deportivos del Club Balonmano Ciudad Real, dado que este no contaba con un patrocinador en Ciudad Real, indispensable para mantener una plantilla de alto nivel. Registrado en la Real Federación Española de Balonmano cómo Club Deportivo Básico Balonmano Neptuno, lucirá los símbolos y utilizará el nombre del Club Atlético de Madrid S.A.D., cómo consecuencia de un acuerdo de patrocinio, en principio durante un año. Dicho acuerdo de colaboración no descarta que en un futuro este nuevo club se integre dentro del Club Atlético de Madrid S.A.D. y entonces sí, se convierta en su sección de balonmnano, lo que significaría recuperar la desaparecida sección.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Club_Balonmano_Atl%C3%A9tico_de_Madrid
El Atleti ha mantenido el conjunto del bloque del año pasado, aunque creo, sin entender mucho, que la baja de Sterbik es la que más daño ha podido hacer.
Confiaremos en la sabiduría de Talant para, como dice en su gran crónica, pueda conjuntar a los recién llegados. Seguro que Kallman, Lazarov, Aguinagalde y compañía va a a seguir dando buen rendimiento.
Yo creo que es más que Sterbik, que se nota, y mucho, y más con Hombrados lesionado. Es que Alberto Entrerríos daba mucha resolución en ataque, junto con Chema Rodríguez (ambos titulares en la selección española). Junto a eso, a dos especialistas en defensa como Dinart y Guardiola, y por último el eléctrico Luc Abalo (al que no se le ha encontrado aún un sustituto con solvencia). En definitiva, se nota que hay muchísimo menos dinero en el balonmano español. Salvo Sterbik (al Barcelona), todos los demás se han ido al extranjero (Francia, Hungría, Alemania, …). Es decir, que hemos perdido con los cambios. Ahora toca rehacerse con trabajo y esfuerzo lo que antes teníamos de manera natural sólo con talento (y dinero)