Mucho se ha escrito y hablado de lo que sucedió el pasado domingo en el Vicente Calderón. En concreto, y lejos de hablar de la buena alternativa que ofrece Diego Costa, de la resurrección de Koke (permitidme la gracia fácil con su apellido), o de que hay gol más allá del Tigre Falcao, todos los minutos de tertulias, todas las páginas iban dirigidas a esos siete minutos malditos que pudieron costar caros al Atlético.
Parece como si molestase que el Atlético estuviese tan bien en lo que llevamos de temporada y estuviesen esperando la mínima oportunidad para azotar a los de Simeone. El recurso, como siempre, es fácil. ‘El Atleti ganó fiel a su filosofía’, ‘Si no gana así, no es el Atleti’… ¿De qué estamos hablando? Me importa un bledo quién acuñó el término ‘pupas’. En realidad, sí que me importa el autor, ya que no fue otro que don Vicente Calderón y todos deberíamos lavarnos la boca para hablar de él y las manos antes de aporrear un teclado.
El gran error de esas cinco letras malditas que parecen tatuadas a fuego en lo más profundo del escudo del Atlético de Madrid ha sido su deformación sistemática con el paso de los años por parte de gente que, quizá con objetivos dañinos, quizá con inocente intención de ser simpáticos, fue convirtiendo al gran ‘pupas’ en el desgraciado ‘pupas’.
Calderón se refirió al ‘pupas’ por dejar escapar una Copa de Europa en el último minuto, algo así como disputar lo máximo que un equipo de fútbol puede pelear hasta la última gota de sangre. Nada dijo de encajar tres goles en siete minutos a cada cual más cómico por parte de la zaga en un partido que, por cierto, se acabó ganando.
Antes de esos siete fatídicos minutos, el Atlético había completado 80 minutos más que correctos en los que estaba goleando con comodidad al Rayo Vallecano. Incluso, antes del pitido inicial, el equipo había ofrecido el título de la Supercopa de Europa a la afición, conquistado días antes en Mónaco con una rotunda goleada y un fútbol exquisito que provocó las alabanzas del viejo continente. Eso es el Atleti.
Y resulta que para jugar esa Supercopa de Europa, el equipo había ganado, con otra rotunda goleada y un similar estilo de juego, la Europa League al Athletic Club, provocando una vez más los elogios de los más entendidos del fútbol. Eso es el Atleti. Y vuelve a resultar que, dos años antes, se había completado el mismo doblete de Europa League y Supercopa de Europa… Eso, también es el Atleti.
Resultados y evidencias en mano, no queda otra que enterrar el tópico o, cuanto menos, volver a reformarlo hasta que recupere su significado original. Sería la mejor noticia para el Atleti.
Totalmente de acuerdo.
Personalmente me molesta ese apelativo, efectivamente mal interpretado, que algunos que nos envidian lo han utilizado de forma funesta.
Tenemos que saber lo que somos. Un grandisimo Club de futbol con una afición envidiable.
Saludos.
Llevas razón. En el momento en el que se olvidó el auténtico significado de Pupas y se asumió el otro, caímos en barrena (unido a otros acontecimientos por todos conocidos…)