Sí, ya sé que no he inventado la pólvora, pero no por ser una obviedad hay que dejar de decirlo y de repetirlo. Las declaraciones hechas recientemente por el brasileño: «Creo que el año que viene estaré en el Wolfsburgo» supusieron el fin del sueños de los aficionados atléticos. Quedan pocas esperanzas de ver a Diego vestido de rojiblanco un año más. Quien no las ha perdido del todo es Simeone que, aun reconociendo que es una empresa complicada, no renuncia definitivamente a contar con su concurso.
Después de rumores que se repetían anualmente, el Atleti pudo hacerse con los servicios de Diego este pasado verano. No fue un fichaje, sí una cesión. Una cesión sin opción de compra, con lo que las posibilidades de que el centrocampista se convirtiera en un futuro en jugador del Atleti eran prácticamente nulas desde el principio de la operación. Se había solventado un grave problema, ya endémico: la ausencia en la plantilla de un centrocampista organizador, pero no de forma definitiva.
Reconozco que recibí el fichaje de Diego con recelo. Un gran jugador que había hecho una carrera muy destacada en el Werder Bremen y que luego en la Juventus, había entrado en declive. Si se le añadían los problemas de disciplina que había tenido en el Wolfsburgo teníamos el cóctel perfecto de un jugador que no aportaría lo que se esperaba de él y lo que necesitaba el Atlético.
Afortunadamente no se cumplió el pronóstico y pronto pudo comprobarse que Diego quería derrimirse de su reciente pasado en el Atlético de Madrid.
La afición lo acogió con entusiasmo y paciencia. Se le notaba que le faltaba ritmo competitivo. Con más calidad técnica que sus compañeros de filas, desde los primeros partidos se constató la jerarquía del brasileño en el centro del campo. Poco a poco Diego fue adquiriendo el protagonismo en el juego que se esperaba de él.
Quiero destacar además que Diego Ribas siempre se mostró comprometido con el equipo. En muchos encuentros tuvo que actuar desde la banda, apartado de su posición natural. Lo que no le supuso ninguna excusa para desarrollar su juego y convertirse en imprescindible en los planes de Siemone.
Su lesión, producida en el partido contra el Sporting, vino a constatar la dependencia que el Atlético tenía del brasileño. No podía ser de otra manera, todos los equipos dependen de los grandes jugadores y Diego lo es. El Atleti encandenó una serie de partidos irregulares cuando no pudo contar con él. Quizás por eso, aunque no únicamente, nos hemos quedado sin Liga de Campeones.
Simeone siempre ha reconocido la categoría futbolística de Diego. No extraña, por tanto, que quiera exprimir al máximo las escasas posibilidades de poder contar con él la próxima temporada.
Es sumar 1+1. Si el Atleti no ficha a Diego ni a otro jugador de su categoría (Jurado no lo es) está muy claro que el Atleti de la 2012-13 será peor que el de este último año. Iremos hacia atrás como los cangrejos.
Si no hay dinero, que vendan a Falcao, y con ese dinero fichen a dos o tres jugadores de categoría que equilibren más el equipo. Como Falcao se lesione o no rinda vamos a estar en serios problemas. Sólo hay que fijarse en el Villareal y las consecuencias de la lesión de Rossi.
Ahí va mi burrada, vender a falcao y con el dinero quedarnos con diego adri etc y fichar un delantero de garantías y sí hace falta pongo de mi cuenta para pagar la ficha de diego y retenerlo a toda costa, pues le veo mas imprescindible q el tigre … desde tiempos de osvaldo giraldo junior no veía un jugón igual, y la verdad q crea ganas de ir al campo a verle asociarse con los arda adri falcao y demas estrellas
Un abrazoo julio y aupa atleti
A mi no me parece burrada, siempre dependiendo del delantero que trajesen. Diego haría jugar/marcar casi a cualquier delantero de una calidad aceptable, sin necesidad de ser un superclase como Falcao. Por contra, Falcao sin nadie que le de balones ya veremos lo que hace… Diego puede triunfar sin Falcao, pero Falcao no puede triunfar sin Diego o jugador similar.
Un saludo.