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La felicidad completa cuando uno viste de rojiblanco parece el deseo menos realista posible. Dos imágenes ilustran el estreno del Cholo Simeone como técnico local y ninguna le gusta a la mayoría de los espectadores. La primera es ver a Adrián y Arda Turan, los mejores peloteros de la primera parte de la temporada, fuera del once inicial y con muy, muy pocos minutos en el partido.

La otra tenía lugar realmente cerca del Vicente Calderón, a menos de 10 kilómetros. En concreto en el estadio del Rayo Vallecano. La otrora estrella rojiblanca Reyes que perdió brillo y la confianza del entrenador a partes iguales durante esos mismos 17 primeros partidos se estrenaba como jugador del Sevilla para desazón generalizada de la parroquia rojiblanca. Tres de los llamados jugones, los considerados en septiembre piezas claves del ataque rojiblanco,  no estaban en un once inicial y uno de ellos ni siquiera volverá a jugar de rojiblanco.

Cholo Simeone parece venir con el mensaje claro. Trabajo, trabajo, trabajo. Buscó en su primer partido un centro del campo más bregador y desechó a dos jugadores que aportaban mayor porcentaje de toque y desmarque. Regate y talento. ¿Será la tónica o era una forma de asegurar un buen arranque y comenzar no perdiendo?

El Atlético de Simeone parece preferir el musculo al talento

Parece que Simeone tiene las cosas claras: «me gustaría más atacar una vez y marcar que llegar quince y no marcar», «lo importante hoy [tras el partido del Málaga] era no perder», «¿jugar bien o mal? lo que quiero son los puntos». Parece que el ideario de Simeone está perfectamente definido desde el minuto uno.

Toda una paradoja que a Manzano se le crucificara [el que esto escribe fue el primero en hacerlo] por no agotar cambios varios partidos no ganados, y sin embargo no se le mencionara siquiera a Cholo tras el partido de La Rosaleda donde dejó un cambio sin hacer. Crucificamos a Manzano por no poner a Reyes pero tras el partido de Málaga, ¿cuántos apuestan que Reyes hubiera tenido continuidad en este equipo?

A lo mejor el mayor favor que le han hecho a Simeone en sus primeros días como entrenador es quitarle la patata caliente de Reyes de encima. No nos engañemos, lejos de ser objetivos hemos tenido una cuota de injusticia muy alta hacia el trabajo de Gregorio Manzano en algunos aspectos. A las primeras de cambio le retiramos la confianza. Quizás porque nunca la tuvo. Nadie le quiso.

Sin embargo, casi cualquier atlético repetía el mismo mantra. «¡Qué echen a Goyo! y que traigan a Simeone o a Luis»  ¿Cuál es el rasgo que tanto gustan de Zapatones o Cholo? Es evidente: actitud. Parece que vayamos a ganar los siguientes partidos con mucha actitud y con más bien poco fútbol. ¿Gustará esto a largo plazo? ¿Está el Calderón preparado para el resultadismo más puro y duro?

Hace una semanas en la comida de prensa del club departía con dos grandes conocedores del Atleti cuando era cuestión de horas la destitución de Manzano. Iñako Díaz-Guerra y Menottinto. El primero dio la primera clave: «Creemos que va a venir el Cholo jugador y no tenemos ni idea del tipo de fútbol tirando a defensivo que nos espera». Dicho y Hecho. Menottinto, gran hincha y socio de Rácing de Avellaneda además de seguidor del Atleti, dio la otra clave. «En Rácing difícilmente llorarán su marcha. Yo adoro al Cholo jugador, pero el que viene como entrenador ha sacado 6 empates a 0 en 7 partidos fuera y la gente estaba bastante desencantada.» Con esos dos comentarios parece claro que lo que vimos el domingo será la tónica. Media inglesa. Ganar en casa y no perder fuera. Simeone dijo: «Los atléticos necesitamos estar juntos» ¿Lo conseguirá a pesar de poner en segundo lugar el buen juego?

«Échale hue… Atleti echale hue…» ruge muchas veces la grada del Calderón. Un aficionado que se sentaba hace años en el asiento de al lado, me solía replicar al cántico «más nos valdría que le echaran un poco de fútbol». Cuidado con lo que deseas…