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Líderes etéreos

Basta una somera reflexión para caer en la cuenta de que uno de los grandes problemas que tiene el Atlético de Madrid es la falta de líderes en el vestuario. Simeone ha hecho un acertado diagnóstico al señalarlo. Hecho el diagnóstico, falta el siguiente paso: encontrar el remedio. Nada sencillo.

En los últimos años ha habido pocos líderes naturales en el Atleti: Fernando Torres fue el último. A Torres le sobrevino el liderazgo prematuramente. El único jugador que la grada vio en ese momento como el depositario de los valores atléticos, como la esperanza de un histórico en Segunda División. Fue la conexión entre el césped y el público en los tiempos de depresión. Un público que posteriormente, no se nos olvide, no vio con malos ojos su traspaso al Liverpool en virtud de un mantra que de tantas veces repetido se convirtió en una máxima: ganará Torres y ganará el Atlético.

Los líderes nacen y se hacen. El liderazgo se tiene o se puede adquirir. Está en el carácter del individuo, en su personalidad y, también, en su formación si se elige al individuo adecuado y se le prepara convenientemente.

En la cantera no se transmiten los valores del Atlético histórico. No puede entenderse de otra forma que un joven de 19 años, la mitad de los cuáles se los pasó en los campos de entrenamiento del Atleti, saliera del club tapado por una sábana blanca y con una media sonrisa picarona en la conferencia de prensa de su despedida. Otros, que nada tuvieron que ver en su niñez con el  rojo y el blanco, lloraron al marcharse.

Después de Torres el vestuario se quedó sin ningún jugador de referencia, que realmente quisiera asumir el papel que en su día llevaron a gala otros jugadores legendarios del club del Manzanares. El Atlético ha tenido otros futbolistas que por su calidad y por el cariño que le otorgó el respetable bien pudieron haber asumido tan honrosa distinción.

No eran de los nuestros. No habían mamado el Atlético; no el del gilismo, sino el Atlético de sus abuelos, de sus padres, de su familia. El vivido en sus casas domingo tras domingo.

Estos jugadores dimitieron del cargo antes de ser nombrados. Un líder requiere compromiso, identificación con los valores del club. Un esfuerzo extra que no se compensa de otra manera que con la satisfacción del deber cumplido.

El club se ha descapitalizado espiritualmente. En el vestuario, en los anfiteatros, en los fondos y en la tribuna. Simeone y Pantic tienen una hercúlea tarea por delante: asumir el liderazgo que no tienen los vestuarios y transmitir el espíritu ganador del último Atlético de Madrid campeón.

Del Atleti por principios. Y hasta el final.

Comentarios (2)

  1. Muy de acuerdo. Y probablemente sea más difícil de recuperar esa descapitalización sentimental-espiritual que la que, a base de saqueo sistemático, se produce en el apartado monetario.

    Para mí, la segunda tiene más fácil solución, basta con que llegue alguien con el dinero por castigo para hacerse cargo de la miseria que dejarían los actuales irresponsables (manda güevos que tengamos que decir esto, que tengamos que esperar que alguien pague por lo que ellos se quedaron gratis total).

    La primera es más complicada porque incluye planificación, trabajo, cuidado de una identidad y compromiso. En la manera de tratar el sentimiento desde que un chaval ingresa en la más inferior de las categorías deberíamos mirar para aprender a Inglaterra. Hay equipos como Liverpool, ManU, etc…que miman sus tradiciones con orgullo. Los chavales maman club desde los cinco años, conocen su historia y piden autógrafos a la estrella actual con la misma ilusión que lo hacen a aquel lateral que jugó hace treinta años en su equipo.

    ¡Qué de cosas tan raras estoy diciendo! Compromiso, planificación, identidad….conceptos todos extinguidos en nuestro querido club.

    Espero haya tenido una buena entrada de año.

    Un abrazo

    • Yo estoy seguro, don Emilio, que la recuperación del espíritu perdido es muy difícil, además de necesitar mucho tiempo para hacerlo.

      A mi entender tendríam que ser Pantic y Simeone los que tengan que hacerse cargo del liderazgo que ahora mismo ningún futbolista es capaz de asumir.

      La entrada de año, … ya sabe usted subida de impuesto, congelación del sueldo. Esas cosas con las que disfrutan los políticos. Lo mejor es que lo importante está todo bien.

      Muchas gracias y qué los políticos nos dejen disfrutar de 2012.