Copa del Rey
Cuartos de Final
Athletic 1
Atlético 2
Athletic: Iago, Iraola, San José, Laporte, Balenziaga, Susaeta (Kike Sola, 74'), Ander Herrera (Beñat, 79'), Iturraspe, Rico (Ibai, 67'), Muniain, Aduriz
Atlético: Courtois, Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis (Insua, 13'), Gabi, Koke, Rodríguez, Adrián (Sosa, 81'), Raúl García, Diego Costa (Alderweireld, 90')
Goles
1-0 Aduriz (42')1-1 Raúl García (55')
1-2 Diego Costa (87')
Parecía que esta vez sí, que empezaría la primera grieta en el equipo del Cholo. Pero fue que no. Al Atlético de Madrid, a éste, no al de antes, no hay que darlo nunca por muerto. El Athletic tenía todo a favor: el ambiente y lo que era peor, la dinámica del partido después de que Aduriz adelantara a su equipo en el tramo final de la primera parte. Sin embargo, el grupo de hombres que conforman el Atleti no se amilanó y salió en la segunda parte a seguir demostrando, lo que por otra parte, lleva demostrando dos años: competitividad y ambición. Los que están preparados con el hacha tendrán que seguir empuñándola.
Comprendo que haya quien quisiera ver al Atlético jugando de otra manera. Por ejemplo, saliendo en San Mamés y dominar el partido. Yo, también. La pregunta es si eso es posible con los jugadores que hay en la plantilla. Mi opinión es que no. Quiero decir que no es posible dominar el partido de la forma que todos lo entendemos: con la pelota. Ahora bien, si por dominio del partido se entiende controlar la situación, entonces diré que hay pocos, muy pocos equipos controlan los partidos como lo hace el Atleti.
Porque es cierto que en la primera parte, principalmente durante los últimos 25 minutos, se vio al Atleti agobiado, muy cerca de su área. Reconozcamos que el Athletic tiene unos cuantos buenos futbolistas, que mueven muy bien la pelota, con gran capacidad técnica y que estaban obligados a atacar sin descanso para superar la eliminatoria. En definitiva, que el contrario también cuenta a la hora de analizar los partidos.
Para mayor contratiempo, Filipe Luis se lesionó muy pronto. Esta inesperada y sensible baja, se unía a la de Arda y la de Tiago. Por ello, Simeone tuvo que organizar un centro del campo inusual: con Gabi y Koke en el eje y Adrián y Cristian Rodríguez en las bandas. Una mezcla de peloteros y peleones que no pudo, casi nunca, imponer el fútbol que le beneficiaba y, por el contrario, resaltaba las virtudes del estupendo centro del campo que tiene el Athletic.
El Atlético de Madrid no encontró nunca, en la primera parte, el camino que conducía a Diego Costa y a Raúl García, que actuó esta vez como delantero centro. Menos mal que en el contrato de Raúl no figura ninguna cláusula por jugar en diferentes posiciones diferentes de la suya porque si no el club se arruinaría.
En estas circunstancias se estaba resolviendo la primera parte. Puede que otro equipo zozobrara en ellas. No si tienes en tu equipo a un gran portero. Nunca, si tienes al mejor. Courtois volvió a sacar un par de balones imposibles, y comenzó con sus paradas a frenar las ambiciones del Athletic y a dar seguridad a su defensa.
Se daba por finado al Atleti tras el despliegue físico, emocional y futbolístico del Athletic. Quedaban 45 minutos en los que los leones podían rematarlo y pasar a semifinales. Por el contrario, desafiando la lógica futbolística como en otras ocasiones anteriormente, el Atlético hizo una magnífica segunda parte. Sin miedo, a pecho descubierto comenzó a jugar más adelantado, con más firmeza y con mucho más peligro. Al igual que el partido, lo hizo con una gran ocasión de Diego Costa: un cabezazo picado a la base del poste izquierdo del arco donde la pelota se encontró con las manoplas de Herrerín, en una gran intervención.
Dos ocasiones erradas no son suficientes para acabar con la moral de los colchoneros. El gol llegó al poco tiempo. De nuevo, a raíz de una falta botada en tres cuartos de campo. El balón llegó hasta la cabeza de Miranda que la puso en el corazón del área para que Raúl García disparara a la portería, donde de nuevo se encontraba Herrerín para frustrar el empate. Como quiera que el balón saliera rebotado hacia la banda izquierda, a la zona de Rodríguez, y el grueso del pelotón no había salido aún del área bilbaína volvió a centrar. Raúl, viejo zorro, se quedó en el punto de penalti, mientras los demás se tiraron hacia la portería. Allí, adónde se encontraba Raúl llegó el balón. Y a García se la paran una vez, pero no dos. Sacó un potente zurdazo cruzado y coló la pelota en la portería. Llovía menos, aunque estuviera cayendo una manta de agua.
De nuevo el Atleti retrasó las líneas y el Athletic volvió a hacerse con el mando del partido, digo de la pelota. Mientras, Diego Costa firmaba un partido memorable. Poco vistoso estéticamente, pero impecable desde la perspectiva de lo que debe hacer un delantero centro en las circunstancias en las que se encontraba el encuentro. Peleas por doquier, carreras sin descanso, y siempre, concitando la atención de la defensa contraria.
Su esfuerzo tuvo un gran premio. En uno de los balones que cazó Koke con ventaja le dio un pase maestro en profundidad, para vérselas de nuevo con Herrerín. Y esta vez, con mucha más tranquilidad que en la primera parte, lo dribló y marcó el gol definitivo que daba al Atleti el pase a semifinales.
Foto: Club Atlético de Madrid.
Diga usted que sí, Don Julio, a este Atleti no le hacen pupa los ambientes hostiles, los partidos que deciden dar la espalda ni los árbitros que pitan lo que les conviene cuando les apetece. Este Atleti se rehace a pesar de lesiones inoportunas y suertes esquivas. Este Atleti da gusto, más allá de posibles discusiones estéticas sobre manejo del balón o entrega de posesiones y vaticino que dentro de unos cuantos años nos acordaremos con nostalgia de este Atleti.
Un abrazo
Este equipo tiene genio y algunos le dieron por eliminado en el descanso. Ingenuos.
Un saludo, don Emilio.