Simeone sabe dónde está. Sabe que debido a la ruinosa situación económica del Atlético de Madrid no puede pedir ninguna estrella. Tenía asumido que Falcao se iría antes de que el mismo Falcao supiera que tendría que dejar el Atleti. A pesar de esto renovó por cuatro años comprometiéndose con el club durante cuatro años, dejando claro su compromiso con los colores rojiblancos y con el sentimiento atlético.
Pero Simeone, inconformista natural, no acepta como un hecho inevitable que el Atlético tenga que ser un club de paso para las grandes estrellas del fútbol. En una comparecencia de prensa pidió que el Atleti dejara de ser un club trampolín. Un misil en la línea de flotación de la política del club durante los últimos años. Él quiere ganar por encima de todas las cosas y sabe que para seguir creciendo debe mantener a la mayoría de los futbolistas que han hecho una temporada sobresaliente y compensar las salidas de unas estrellas con la llegada de otras.
El próximo año se afrontan dos nuevos retos: el primero y principal, volver a clasificarse para la Liga de Campeones, el segundo, realizar un gran papel en la mejor competición de fútbol mundial. Confía en los que han sido claves: Diego Costa, Gabi, Arda Turan, Godín, Koke. Cree en que los jóvenes van a aportar mucho más de lo que lo hicieron la temporada pasada. Pero necesita más y mejores futbolistas.
Simeone aceptó que Falcao se marchara y como contraprestación pide a Diego: «Quiero a Diego, es diferente«. «Diego es el único jugador que he pedido«. Un fichaje nada sencillo debido a que el Wolfsburgo no va a dejarlo marchar gratis. Para que el brasileño vuelva a vestir de rojiblanco, el Atleti tendrá que pagar por ello: a los alemanes y al brasileño.
El técnico argentino se la ha jugado pidiendo a Diego. El prestigio y la devoción que la afición tiene por Simeone no se verá quebrado si Diego no viene. A quién pondrá en evidencia será a Gil y a Caminero y demostrará su incapacidad por no poder satisfacer la única petición de su entrenador. Si consiguen el fichaje Simeone se saldrá con la suya y reforzará su posición respecto a los dirigentes y, más si cabe aún, respecto a la afición.
Simeone es la persona clave del proyecto. Él lo sabe y Gil también. Gil le debe varias a Simeone y tiene que empezar a pagárselas. Antes de marcharse a su Argentina, el Cholo dejó una pelota en el tejado. Ahora hace falta saber qué va a hacer Miguel Ángel Gil con ella.
¿Que va a hacer con la pelota? Pues pincharla.
Todavía queda mucho verano y esto puede dar muchas vueltas, confiemos!!!