Hemos asistido a un nuevo episodio de la historia interminable de los derbis madrileños. En éste, con sesión doble por la eliminatoria copera, el Atlético de Madrid salió vencedor, como ocurre bastante a menudo en los últimos tiempos. Y lo ha hecho ante un Real Madrid plagado de estrellas, anteriormente galácticos, confeccionado como suele ser costumbre en Florentino Pérez fichando cada verano al futbolista más mediático. No asumo ningún riesgo si escribo que el Atlético ha recuperado para el fútbol español la pasión y la emoción de los derbis que se perdieron durante 17 larguísimos años.
Lejos de alegrarse por volver a contar una histórica rivalidad, la prensa panmadridista se dedicó en primer lugar a propiciar el ambiente necesario para la remontada en el Bernabéu. Sólo había que leer los tweets de quienes vieron las secciones deportivas de los noticiarios de televisión para comprobarlo. Como si de una eliminatoria entre un equipo español -obviamente el Real Madrid- contra otro extranjero -el Atlético- se tratara.
El pensamiento único no necesita ya disimular. Es tal el estado natural de prepotencia en el que están, que ya ni siquiera se plantean disfrazar el mensaje. Basta con decir lo que piensan, tal cual, sin pasar por el filtro de la profesionalidad ni el de la vergüenza ajena. Estoy convencido de que no se dan cuenta de lo que dicen. Quiero decir que no piensan que su «información» pueda ser molesta para los seguidores rojiblancos. Simplemente no se lo plantean. Simplemente creen que deberíamos pedir perdón por existir.
Cuando los derbis eran de un dominio merengue insultante, porque no interesaban. Cuando, ahora, vuelve a haber rivalidad, porque les fastidiamos las portadas y los duelos contra el Barcelona. El caso es menospreciar al Atlético de Madrid. El Atlético no necesita el reconocimiento de la prensa, pero sí merece respeto por el trabajo del cuerpo técnico y de los futbolistas.
Para rematar su oprobiosa profesionalidad, las justificaciones a la eliminación del Madrid que se hicieron en las tertulias deportivas nocturnas daban realmente vergüenza. Profesionales del periodismo que ganan una millonada por, se supone, sesudos análisis deportivos se limitaron a decir que al Real Madrid no le interesaba la Copa, que la eliminación le vendría bien para descansar y preparar el resto de la temporada. De esta forma pretendían ocultar que Ancelotti alineó en los dos partidos a sus mejores jugadores intentando, sin éxito, eliminar al Atleti. De esta forma se faltaba el respecto a los profesionales rojiblancos mediante el falaz argumento de que el Madrid no se había esforzado y por eso había caído en la eliminatoria.
Así están las cosas en la prensa patria. Lejos de cambiar, cada semana se acentúa su formato amarillesco. Sólo buscan la polémica, la banalidad y el menosprecio de quien no piensa como ellos.
La primera lectura de la eliminación que hizo el director del programa radiofónico de mayor audiencia fue: «El Madrid ha ganado hoy la Liga». En mi opinión, el panmadridismo vergonzoso que acapara informativos y debates, responde a una estrategia. Se cultiva en la creencia, cierta, por otro lado, de que la mayor parte de la audiencia es blanca. De igual modo que la LFP humilló al campeón para poder contar con una alfombra roja llena de glamour, ¿o alguien cree que Florentino hubiera asistido de no tener garantías de que esa noche sus chicos se lucirían? Pensemos en un supuesto, ¿qué habría ocurrido de haber ganado el Madrid la Liga y los jugadores del Barça los premios? Todo responde a una campaña de marketing por la que se han dejado arrastrar grandes profesionales. Lástima.
Pero, de momento, guste o no, el Atleti seguirá aguando la fiesta a la gente guapa.
Coincido plenamente con sus reflexiones. En cuanto al periodista que pronunció la frase, creo que se refiere usted a Paco González.
Lo mejor de todo es que les seguimos ganando y mientras esto siga así se tendrán que tragar esa bilis. No tienen VERGÜENZA.