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Hace unos seis años, más o menos, la “oficina de marketing” del Atlético de Madrid inventó aquel concepto ridículo de la marca Atlético de Madrid. La marca Atlético de Madrid era, según decían, una marca sólida, consolidada y creciente. Yo siempre he tenido claro que eso de las marcas, referidas a entidades sociales, son sólo chuflas, paridas.

La marca Atlético de Madrid se verifica en los éxitos deportivos, como no podía ser de otra manera. Así, ha hecho más el Cholo por esa marca que Gil Marín en todos los años que lleva en el club.

Esta temporada, el Atleti ha generado, gracias al Cholo, unos cuarenta millones de euros más que la previsión más optimista de la directiva para la presente campaña. De hecho, si el Atleti siguiera en esta línea de éxitos deportivos, con facilidad, podría asegurar un presupuesto anual superior a los ciento cincuenta millones de euros. No lo duden. Sin embargo, la directiva rojiblanca se encuentra en la tesitura de decidir qué hacer y por dónde tirar.

Los éxitos colchoneros no son tampoco, seamos sinceros, tan espectaculares. El Valencia CF logró dos Ligas y una UEFA y dos finales malogradas de Liga de Campeones. El mismo Sevilla CF ha logrado tres Europa League, dos Copas del Rey y alguna que otra Supercopa. Sin embargo, ninguno de los dos clubes está, hoy por hoy, a la altura del Barça o del Madrid. Arruinados económicamente, obligados continuamente a vender sus figuras y a expensas de los éxitos deportivos para cuadrar sus finanzas anuales.

Por eso, la situación rojiblanca es compleja. El Atleti habla de no malvender, pero a nadie escapa que, sin ir más lejos, para recibir los premios logrados con la Champions deberá someterse al fair play financiero y por ello, antes o después, deberá vender a alguien para pagar sus deudas. Algo que ya sucedió en temporadas pretéritas.

Los jugadores rojiblancos se han revalorizado de tal manera que su precio de mercado se ha doblado y hasta cuadriplicado (en algunos casos), su caché ha subido como la espuma y los mejores clubes del mundo agobian a sus representantes en una vorágine de ofertas que filtran a la prensa con la intención de medrar.

De esta manera, los jugadores rojiblancos (humanos y ambiciosos de dinero y éxito deportivo) necesitarán dos cosas para seguir vistiendo la elástica colchonera: un sueldo acorde a su nuevo estatus y un proyecto deportivo que les permita seguir compitiendo con los grandes. Nada de esto está reñido con el amor a unos colores pero, seamos sinceros, ni Torres ni De Gea ni Agüero ni algunos otros, estuvieron dispuestos a renunciar a su exitosa carrera deportiva y los actuales jugadores del Atleti tampoco. De hecho, posiblemente, ni el mismísimo Cholo Simeone seguirá eternamente luchando con un tirachinas contra rivales armados de ametralladoras.

El Atleti debe decidir si quiere convertirse, otra vez, en uno de los grandes o regresar a la mediocridad pretérita. El Atleti debe decidir si quiere pelear contra el Madrid o contra el Sevilla. Si quiere esperar veinte años para ganar otra Liga y cuarenta en volver a llegar a una final de Champions o arriesgarse a pelear, año tras año, por los grandes títulos contra los grandes del fútbol, con los riesgos que implicaría para la sociedad una apuesta de tal magnitud.

Aún así, quién no arriesga no gana, eso es evidente. Si el Atleti juega con talento sus actuales bazas de la plantilla, el técnico, la afición y usa bien sus inminentes ingresos económicos podría, quién sabe, volver a situarse a la altura de los más grandes.

Pero ¿qué modelo creéis que es el más conveniente para nuestro club? ¿qué tipo de plantilla prepararíais de cara a la(s) próxima(s) temporadas? ¿qué le hace falta al Atleti para estar entre los grandes?