Goya retrató la lucha fratricida entre españoles absolutistas y liberales. Dos hombres semienterrados que antes de ayudarse el uno al otro a salir prefieren molerse a palos. Así somos.
En esta última semana he visto florecer todo tipo de sentimientos entre la afición.
Cuando apareció el vampiro emocional llevando flores a la tumba de la Liga por la derrota en Levante, un optimista inconsciente hacía números y desaconsejaba permanecer en el desánimo. Cree en la señales y que el destino está marcado de lágrimas de alegría.
En la interminable fila del chantaje emocional miles de atléticos asimililaban unas condiciones inaceptables para sacar un par de entradas para vivir la experiencia de su vida. En ese momento, en vez de luchar como hermanos, más de uno aprovechó el desprecio del club por su afición para realizar un agravio más, vendiendo su sueño por dinero. Ojalá lo necesite o el 24 de mayo no habrá peregrinación a Jerusalén que expíe su culpa.
Otro duelo a garrotazos se produjo entre indignados y los indignados de todo a 100. Estos últimos, lanzaron toda su ira contra el club que les maltrata en un tweet o una página web, dispuestos a renovar su silencio como cada año o guardar colas de sol a sol. Otros, como Gárate, se reservan su dignidad y mostraba su decencia por no querer aprovecharse de su posición para conseguir unas entradas para sus nietos. ¿Cuántos hubieran hecho esto? Caballeros de otra época.
Y entre garrote y garrote, me vuelvo más vil. Una reventa de un periodista del Atleti que el día antes pide followers para tal fin, una entrada de visibilidad reducida confesado en la misma taquilla tras 20 horas de espera, una amenaza, un intento de robo, una extorsión… y tanta indefensión mientras el merecedor del garrotazo del año cuenta billetes sin torcer el gesto más de lo habitual.
Más garrotazos. Los pesados de siempre. Los que viven en el pasado de las sentencias y cada día reclaman lo que les pertenece. Son el ayer, apaleados, por los del hoy que solo piden que se anime porque perjudican al equipo. Como dicen en True Detective, «no existe el perdón, solo la falta de memoria».
Garrotazos que no se dan y se darán. Si se confirma que el Ayuntamiento instalará pantallas en Sol, me pregunto si de verdad les parece una buena idea, salvo que su intención sea la de comer palomitas mientras disfrutan desde su palco en el circo romano.
No parece que tengamos arreglo. Mientras tanto nos jugamos la Liga con el Málaga, entre garrotazos de la prensa barcelonista y panmadridista. Y algún reproche que otro por parte de muchos que justifican que el club deje sin sitio a socios no abonados mientras pone a la venta sus localidades a un precio multiplicado por 4. Eso sí, todavía más de uno cree que ese dinero es para mejorar el equipo. ¡Garrotazo va!
Antes del último va el penúltimo, y este garrotazo está por ver cómo se justifica que los jugadores juegan donde quieren, después de saberse que solo por llegar a la final de Champions el Atleti se lleva 50 millones de euros. ¿Pondrá Cerezo una nueva muesca en su garrote al estilo Gangs of New York?
Y ahora sí, el último. El que no queremos. El garrotazo que nos deje sin Liga ni Champions. No depende de nosotros. Pero podemos ayudar. Vamos a intentarlo. ¿Y si dejamos las armas?
¡Qué pedazo de artículo! ¡Sí señor! Yo reconozco que tengo pánico a perderlo todo en dos partidos. No las tengo todas conmigo pero tengo miedo al garrotazo de la afición si abro la boca.
Por cierto «Una reventa de un periodista del Atleti que el día antes pide followers para tal fin, una entrada de visibilidad reducida confesado en la misma taquilla tras 20 horas de espera, una amenaza, un intento de robo, una extorsión…» Esta historia me la he perdido ¿qué ha ‘pasao’?
Sin dar muchas pistas pero he llegado a mencionarle en mi Timeline un periodista del Atleti sacó 3 entradas. dos para él y una para revenderla sin pudor, pidiendo el día antes followers para tal fin. El resto de las taquillas pues chanchullos tipo «te doy 20 euros si me dejas avanzar un puesto», intento de robo de alguna entrada, alguna pelea que otra, listas con nombres donde se pagaba por aparecer o desaparecer… en fin, la inmundicia del ser humano en tiempos de necesidad supongo.
Me quedo con esta pregunta: ¿Y si dejamos las armas?
Es curiosa cuando el primero que coge la garrota eres tú.
Como no eres periodista, entiendo que habrá que perdonarte que hayas incumplido una de las primeras reglas de la profesión: CONTRASTAR LA INFORMACIÓN.
Qué sorpresa me he llevado al ver que el periodista del que hablas y al que citas en tu Timeline soy yo. Porque no vi tu pregunta de si la revendía o la regalaba, sino sólo la de George Olmos, al que contesté: «Vendo el billete de Metro de Lisboa y regalo la entrada ;)». Un poco en tono de broma y porque revender está prohibido, claro. Y después le contesté que obviamente no iba a regalarla porque me había costado 280 euros que no me sobran precisamente.
¿Dime dónde dije que pretendía lucrarme con la venta y «revenderla sin pudor»? Dímelo, por favor.
Reconozco el mayúsculo error de publicar mi foto en Twitter porque el único motivo por lo que lo hice fue por «fardar» de las entradas, y sólo me ha traído disgustos, incluido este artículo o que el creador de esta página haya dejado de seguirme en Twitter, también sin preguntar, lo cual me ha dolido especialmente.
Ahora yo te pregunto a ti:
1- ¿Dónde pedí followers para revender la entrada?
2- ¿A quién di precio?
3- De los followers que contactaron conmigo, pregunta a quién se la he vendido o si a uno solo le he dado una cifra… Haz esa labor de investigación, que igual te lleva algo más de tiempo que escribir el post.
4- Lo de «una entrada de visibilidad reducida confesado en la misma taquilla tras 20 horas de espera, una amenaza, un intento de robo, una extorsión…», entiendo que no va por mí.
Para terminar, aunque me parece increíble el revuelo que se ha generado POR UNA FOTO EN UN TUIT, te voy a copiar la misma explicación que le he dado a Julio por Facebook (lo mejor es que os tengo a todos de «amigos» en FB… y es por eso por lo que sabes que tengo 3 entradas, porque también quería «fardar» entre mis amigos. En este caso, los de verdad) cuando le he preguntado si ha dejado de seguirme en Twitter por la «dichosa» entrada:
Hola Julio, he visto que has dejado de seguirme en Twitter y realmente espero que no sea por el tema de la entrada de Champions con la que según Jorge Olmos pretendía hacer negocio. Me parece increíble que tenga que dar «explicaciones» sobre el asunto a conocidos con los que llevo años hablando por las redes sociales, pero la realidad del asunto es que mi padre se rompió el tendón del cuádriceps hace meses y le han dado fecha por la privada para operarle el 16 de mayo. Como no puede ir, la compré, y a los amigos que se la había ofrecido no la querían por H o por B. Por eso puse la foto en Twitter. Pero ya he encontrado un amigo que me la compra, por el mismo precio que me costó (puedes leerlo en mi último tuit). Así que ya te digo que si ése era el motivo por el que has dejado de seguirme, te has equivocado. Me ha sorprendido bastante que gente que me «conoce» y con la que llevo años hablando por aquí y por el blog me haya prejuzgado de forma tan rápida y, sobre todo, sin preguntar… En fin, un saludo.
En un medio de comunicación se pediría rectificación pública, pero como éste no lo es, aunque siempre he elogiado esta página desde que Julio la creó y os he alabado el gran crecimiento que ha experimentado, en contenidos y calidad, desde que se unió con Ricky, contigo y CIA, sólo decirte que espero que tú también «necesitaras»… «criticar a un compañero», porque de lo contrario «no habrá peregrinación a Jerusalén que expíe su culpa». Espero que os hayáis quedado a gusto, porque desde luego al compañero le habéis amargado.
Una de las cosas que más siento en este mundo es que mi padre no pueda acompañarme en un día tan especial, algo de lo que Jorge Olmos también ha hecho mofa, pero ojalá que el 24 de mayo todos podamos celebrar la victoria del Atleti en Lisboa y todo esto quede en una anécdota. Muy desagradable, te lo aseguro, pero una anécdota.
Perdón, veo en tu Twitter que sí eres periodista. Sólo sabía que trabajabas como diseñador de comunicaciones.
En tal caso, creo que mayor delito no haber contrastado la información y no consultar a la propia fuente a la que vas a criticar…
En fin, una pena.
No sabía si contestarte o no. No tengo ganas de darte explicaciones pero alguna de voy a dar. ¿Por qué te crees que hablo de ti? ¿Cómo tienes tu ego? Mi crítica va hacia un compañero y amigo, Julio, no hacia ti, que te habré visto una vez en mi vida.
Puedes analizar lo que quieras mi texto. Se nota que no nos sigues ni conoces mi forma de escribir. Pero hay que estar bastante mal de la cabeza para pensar que se está hablando de ti en todo momento.
Lo de la entrada, tu verás. Y no me parece muy inteligente que quieras abrir un debate que tienes muchas posibilidades de dejar de contestar. Vamos a dejarlo, pero es cuanto menos sorprendente que sin que nadie te haya nombrado ni citado te des por aludido, salgas a la luz y te pones a dar explicaciones de tu vida. En serio, piensalo, o pídele a Julio que te borre tu comentario y todo quede en el olvido.
Y sí soy periodista.
Si me he equivocado te pido disculpas. Pero en tu Timeline me mencionas, por lo que estaba convencido de que la cosa iba por mí, porque además me crucé algunos tuits con Jorge sobre si la revendía o no…
Chapeau. Me siento muy identificado siempre con los artículos de José Valera. Estamos en la misma onda.
Gracias, muy amable como siempre Fernando.
A mí la verdad es que el tema de la reventa no me indigna demasiado. Creo en la libertad individual y no entro a valorar las razones personales de cada uno.
Lo que sí que me parece reprochable es la absoluta falta de clase que supone subir una foto a las redes sociales en tono claramente chulesco, fardando de entradas y, no sólo eso, sino dando a entender que encima vas sobrado y una te la puedes quitar de en medio. Cuando hay gente perdiendo la cabeza -y la honra, en ocasiones- por una entrada, creo que lo mejor que puedes hacer, si tienes la suerte de conseguir unas cuantas, es ser discreto. Sin más. Y si la vas a revender (repito, aquí yo no entro a juzgar), más todavía.
Fíjense en el título del artículo. Duelo a garrotazos.
Sin palabras.
Cada uno tiene su opinión.
Entiendo que todos estamos enfadados con el trato dado por el club a sus socios en la venta de entradas. Yo al menos estoy muy enojado por la forma en la que se llevó su venta.
Saludos.