forzaatleti

Cuando Filipe Luis se tuvo que retirar acalambrado, a Koke se les subieron los gemelos, Tiago no podía casi ni permanecer de pie y así, en similares circunstancias, los demás jugadores atléticos, sobre el césped del Estadio de la Luz un hombre vestido de rojiblanco con un brazalete verde chillón, con el número 14 a la espalda seguía corriendo como si aquél abultado, tanto como injusto, resultado aún tuviera solución. El capitán del Atlético de Madrid, nuestro capitán, dio una lección de pundonor, de compromiso, de entrega y de fe ciega hasta el final como solo los grandes están en condiciones de poder hacerlo.

También dio una lección de fútbol. Para mí, el mejor de la final de la Copa de Europa 2014 fue él, por encima de todos los demás, compañeros y contrarios, estos últimos, futbolistas de más relumbrón y poses más fotogénicas, pero ese día inferiores al capitán colchonero.

No saldrá jamás en las portadas ni falta que le hace. Sabe que cuenta con el cariño de los suyos, ganado gota a gota del sudor en el que siempre queda empapada su camiseta.

El seleccionador comete una gran injusticia no convocando a Gabi para el Mundial de Brasil. Otros, con más nombre, pertenecientes a otros clubes más poderosos le han quitado el sitio. Del Bosque no encontrará otro futbolista más comprometido y que se lo haya merecido más que él esta temporada. Pero en ciertas decisiones hay razones que se escapan a la entendederas de los que pensamos que la ecuanimidad debería estar por encima de otras consideraciones.

Gabi no viajará a Brasil, pero seguirá defendiendo el escudo del Atlético de Madrid por encima de todo y de todos. Honrará unas cuantas temporadas más el brazalete de capitán que en otra época lucieron Collar, Adelardo y Arteche. Los valores del Atleti están salvaguardados.

Los aficionados podemos estar felices y tranquilos, cuando los demás compañeros ya hayan dado todo y estén exhaustos, a Gabi todavía le quedará energía para seguir corriendo hasta el fin.