El Atlético de Madrid se ha convertido por méritos propios en uno de los grandes protagonistas positivos de este inicio de temporada. Plantilla y afición se han dado la mano gracias al mejor nexo de unión posible: la mano directriz del Cholo Simeone desde el banquillo. El equipo se ha convertido en una resurrección de lo que el técnico argentino fue como jugador, aunando características que gustan más que de sobra en la grada del Vicente Calderón.
Pero el cambio del Atlético de Madrid no se basa solo en la palabrería o en el carácter un tanto tribunero del Cholo. De nada serviría toda su filosofía si no se llevase a la práctica. Y ahí es donde radica el gran mérito de Simeone. Después de tomar las riendas de un equipo roto y sin alma, supo recordar a algunos de sus futbolistas cómo se jugaba al fútbol y los éxitos no han tardado en llegar.
Pese a la marcha de Diego y al sospechoso asunto de un Oliver Torres que únicamente ha podido disputar unos minutos con el primer equipo en partido oficial, el Atlético se ha convertido en un cuadro sólido que saca sus partidos adelante con solvencia, algo que la temporada pasada parecía una quimera. No parecen los nuevos fichajes la clave de este rotundo cambio. De hecho, entre las cuatro incorporaciones de este año (Emre, Cristian Rodríguez, Domingo Cisma y el Cata Díaz), suman únicamente 90 minutos más disputados (880) del total de minutos jugados por Joao Miranda (790), el único futbolista de la plantilla que no ha descansado en lo que va de campaña.
El auténtico valor de Simeone ha sido recuperar para la causa a futbolistas que parecían perdidos. Durante años, ha sido una constante que todo aquel futbolista que brillaba en su equipo de procedencia, fracasase sistemáticamente tras fichar por el Atlético. Lo mismo pasaba con todos aquellos futbolistas que, tras abandonar las filas rojiblancas, solían salirse en sus nuevos conjuntos para desesperación del respetable colchonero. El Cholo ha sabido recuperar la mejor versión de todos y cada uno de sus jugadores.
Ya lo había hecho la pasada campaña, cuando recuperó a un Juanfran condenado al ostracismo y que ha acabado convirtiéndose en internacional gracias a su cambio de demarcación. También comenzó a diseñar a un nuevo Mario Suárez, con más galones y presencia en el centro del campo, un futbolista que, gracias al Cholo ha pasado de vivir bajo el techo protector de su condición de canterano a convertirse en el jugador de primer nivel que dejó entrever en su temporada en Mallorca.
Más de lo mismo para Diego Costa. El brasileño se quedó cuando todo hacía indicar que no lo haría y ha pasado a convertirse en una de las piezas claves del engranaje atlético en estos primeros encuentros con goles, asistencias y mucha presencia en el ataque rojiblanco. La tercera temporada de Filipe Luis también apunta a ser la de su consagración. Nada queda ya de aquel tímido lateral atemorizado por su pasada lesión y vuelve a jugar con la alegría y el descaro que le hicieron brillar en el Deportivo.
Paso al frente también el de Arda Turan. Del turco nunca se podrá decir que hizo una mala temporada en su llegada al Calderón pero en este nuevo curso, y con la responsabilidad sobre su espalda del liderazgo en el centro del campo que antes tenía Diego, sus prestaciones se han multiplicado exponencialmente hasta convertirse en un auténtico referente a la altura del mismísimo Radamel Falcao.
Y el futbolista que quizá represente mejor que ninguno ese cambio en su juego y en su mentalidad: Raúl García. El navarro decidió tomar una difícil decisión, la de quedarse en el Atlético pese a saber que buena parte de la grada no estaba con él por rendimiento en años anteriores. Sin embargo, su temporada en Osasuna le sirvió de reciclaje interior y está destacándose como uno de los mejores en estos primeros partidos. Lucha, manda, coloca, recupera y, además, marca goles. Raúl García se ha convertido en una especie de Simeone para el Cholo. Sus características se asemejan a las del argentino más que las de ningún otro en la plantilla. Simeone ha encontrado su alter-ego en el campo y Raúl García ha encontrado, por fin, a un técnico que le haga jugar como Raúl García en el Atlético. Matrimonio perfecto.
Todo parece un mar en calma en el Vicente Calderón, pero no hay tiempo para relajaciones cuando se trabaja bajo el mandato de un sargento de hierro como Simeone. La siguiente prueba, tras el partido de Europa League, calibrará mejor que ninguno de los anteriores, las posibilidades de un Atlético que podría alejar a cinco puntos a su más inmediato perseguidor: el Málaga. Además, caprichos del destino, en esta ocasión tocará mirar de reojo al Clásico, no sea que terminemos líderes la jornada.
Excelente articulo, que plasma perfectamente lo que es el Atletico de Madrid desde la llegada del Cholo.
Me gusta tu opinión y forma de escribirla.
Tan solo recordar, que Simeone ha visto un equipo que ha demostrado que tiene calidad más que de sobra y ha sabido sacar partido del mismo. Haría mención especial a Radamel Falcao, porque el futbol sin Gol no sería lo que es y Radamel es el perfecto finalizador de todo lo elaborado por sus compañeros.
Saludos.