Ayer fue un día grande para los atléticos. Estuvimos señalados. Y no me refiero al fatal error del mejor lateral derecho ofensivo que tiene España, sino a unas declaraciones de Amancio donde tildaba a los seguidores del Atleti, como «disfrazados». Ese disfraz que se ponen muchos atléticos que salen a la calle para presumir de equipo porque les va bien.
No saquemos conclusiones precipitadas.
Como seguidor rojiblanco no me ofende que el adinerado vecino se acuerde de nosotros en este momento. Su reproche, Amancio, me enorgullece. Me hace sentirme en el mapa del odio. El odio que genera la envidia y la frustración. El odio que solo se siente por los equipos grandes.
Y sí, es verdad, llevo disfraz. Un disfraz como traje. El traje nuevo del emperador que escribió Andersen porque en realidad vamos desnudos. Porque el desnudo es natural y la autenticidad no se compra por mucho que busques en la esquina del Bernabéu en la mejor tienda.
Los atléticos no salen más ahora. Los atléticos están, estamos siempre. Porque ocultarse es prohibirse la forma en que se entiende la vida. La pasión sin condiciones y la sensación de sentirse vivo no se negocia. No se deja para luego.
Y ahora es cuando quiero recordar a muchos que miraban al Sevilla como rival lo grande que era su error. Ahora que se puede ver las cosas desde otra altura no hay dudas, ¿verdad? Esto era el Atleti de los socios antes de convertirse en clientes.
Ahora que nos vuelven a poner en el mapa no emigréis. Ahora más que nunca hay que exigir que no vendan a nuestra estrellas, que no hagan más negocio con nuestro sentimiento y que hay que saber que dos sinvergüenzas no desmontan un castillo si se defiende.
Estamos otra vez en el mapa. Yo no quiero irme, y ¿tú?
Yo me fui en enero de 2011 y debí hacerlo mucho antes. NO vuelvo jamás a este club dirigido por Gil Marín y Cerezo.
Yo tampoco. Pero una cosa no quita la otra. El sentimiento no es suyo
Por mucho que nos quieran echar, me encanta el olor a napalm por las mañanas, que nos odien es que les importamos, no me gustaba cuando eramos los pobrecitos
Eso sí, los primeros que deben cambiar de mentalidad son los aficionados que tal vez ahora no quieran que gane el Barça
También salió Di Stéfano para decir están mejor que nunca, en referencia al Atleti, y con retintín. Y los periodistas? La misma noche del partido contra el Málaga, en la Cope, Pérez de Rozas aseguraba que el Atleti se vendría abajo en la Liga, porque así había sido durante toda su historia.
Luego Pellegrini en la conferencia de prensa del Calderón. En fin, que estamos dando guerra en el plano deportivo.
Lo malo es que los dos que nos quieren arruinar el Atleti no paran de enredar. Primero con Falcao, su cláusula y la deuda. Y hoy con el fichaje de Pizzi. Es que aún la persona más bien pensada del mundo tiene que llegar a la conclusión de que estos dos tíos lo hacen aposta. No es que lo hubiera dudado nunca -que lo hicieran aposta- pero ahora me pregunto: ¿Qué necesidad tienen de meterse en estos líos? La pasta, la pasta, no puede ser otra la razón.
Sin duda la pasta. Si el Atleti va bien les va a costar justificar desmontar equipos y hacer 12 fichajes por año que es de donde trincan. Hoy lo de Pizzi es escandaloso. Eso apesta. Cuantomenos debería estar la justicia investigando esos movimientos.
Cuanto me gusta estar disfrazado.
He estado disfrazado toda mi vida.
Seguire disfrazado hasta el final.
Pero la verdad, es que duele ver la realidad. Y la verdad es que el Atletico de Madrid es colider y NO lo aceptan.
Solo pido seriedad en el trabajo y que no se precipiten.
Me huele a barrena periodística blanca lo de Pizzi. Por el momento de la noticia. No dudo de su veracidad, de hecho era evidente que el Atletico lo consiguio cedido, para su posterior cesión al Depor, para adquirirlo posteriormente. También es evidente que el brazo de Jorge Mendes es muy, muy, muy largo.
Un abrazo.
Lo de Pizzi apesta la verdad.
Lo que me parece incompresible es que la prensa rosa deportiva se dedica a quejarse de que la Liga es de dos, y en cuanto uno asoma la cabeza se dedica a desastibilizar, empezando por Gil.
Un abrazo