La tormenta se ha desatado. Y lo ha hecho con fiereza y de forma insospechada. Se ha estado fraguando durante la mayor parte del campeonato y, todos dábamos por hecho de que no se desencadenaría hasta el final. Sólo quedan dos jornadas de liga, pero ya no ha sido posible detenerla. La suplencia de Forlán en Santander, unida a las declaraciones del entrenador en la conferencia de prensa tras el partido del Rácing, han provocado la aparición de rayos, truenos y granizo.
El relato de los hechos lo sabrán ustedes con pelos y señales, pues no se habla de otra cosa en el Atelti. Cuando escribo el relato de los hechos, me refiero a lo que nos han contado los medios y después Quique, en la imprevista comparecencia que ofreció el jueves. Seguro que nunca conoceremos la intrahistoria verdadera en toda su extensión ni con todos sus detalles. Por eso, es muy difícil, además de injusto, emitir juicios de culpabilidades. Es por eso que ustedes no van a encontrar aquí la acusación a uno o a otro.
De lo que no me cabe ninguna duda es de que la situación ha debido ser muy tensa en estos meses para que el entrenador diga que «el caso de Forlán es de una complejidad poco normal«.
Nos falta por conocer dos visiones: la de Forlán y la del club. Ya sabemos que el uruguayo no es muy dado a salir a explicar sus opiniones y mi sensación es que esta vez va a seguir fiel a su estilo. En cuanto al club, tampoco podemos esperar gran cosa. Pero, a mí me gustaría saber si desde la presidencia del club se ha intentado solucionar el desencuentro entre Quique y Forlán. Si no se hubiera hecho nada para intentar un acercamiento entre el delantero y el entrenador sería una grave dejación de funciones por parte de Enrique Cerezo.
El Atleti se ha permitido el lujo de prescindir de su máximo goleador en las últimas tres temporadas. El delantero que contribuyó con sus goles en la final de Hamburgo a conquistar la Europa League ha sido intrascendente esta temporada. El sueño de seguir creciendo como club se ha evaporado, en gran parte, por este turbio asunto.
No sé, ni me importa saberlo, quien es el que tiene razón: si Quique o Diego, lo que sí tengo claro es que el gran perjudicado ha sido el Atlético de Madrid y su afición: esos otros chicos del Atleti, a los que nadie tiene en cuenta, pero que en realidad son los que mantienen esta bendita institución deportiva desde hace más de un siglo. Diego, Quique y Enrique pasarán, mas las generaciones, presentes y futuras, de atléticos seguirán firmes y fieles al Atlético de Madrid si es que, a este paso, no se lo cargan antes.
Muy mal por Quique. Ha vuelto a demostra la clase de persona que es. Un abrazo.
Fernando: Sigo pensando que no conocemos todos los detalles y, para mí, es muy aventurado emitir un juicio. Lo que sí tengo claro es que el perjudicado ha sido el Atlético de Madrid.
El perjudicado siempre es el ATLETICO DE MADRID. Los culpables: los dirigentes del club que no cortan estos desmanes desde el inicio y ponen a cada uno en su sitio.