Me temía un simulacro de partido en el Calderón, tal y como dejé escrito en el twitter justo antes de salir para Madrid. Pero, me equivoqué. El simulacro de partido corrió a cargo del Atlético, pero no del Oporto que jugó un partido como deben hacerlo los profesionales del fútbol. No se jugaban nada, bueno sí, el honor de un club y el respeto a una afición. Ahí es nada.