En uno de los mejores escenarios posibles del fútbol europeo, el Olímpico de Roma, el Atlético de Madrid se marcó un partidazo. Hay que remontarse hasta mediados de los 90 para recordar un Atleti tan superior a todos los rivales a los que se ha ido enfrentando durante los últimos seis partidos. Hoy era una cita especial. Comenzaba la carrera hacia la final europea y los profesionales acudieron a ella con la intención de no defraudar. Querer es poder. Quisieron y pudieron.