Liga
Jornada 6
Atlético 4
Sevilla 0
Atlético: Moyá, Juanfran, Miranda, Godín, Ansaldi, Gabi (Raúl García, 45'), Tiago, Saúl (Griezmann, 65'), Koke, Arda Turan, Mandžukić (Raúl Jiménez, 73')
Sevilla: Beto, Diogo, Pareja, Kolodziejczak (Banega, 45'), Trémoulinas, Carriço, M'Bia, Krychowiak, Aleix Vidal (Deulofeu, 77'), Vitolo (Denis Suárez, 45'), Bacca
Goles
1-0 Koke (19')2-0 Saúl (42')
3-0 Raúl García (pen., 83')
4-0 Raúl Jiménez (89')
Regresó Diego Pablo Simeone, volvió el Atleti. Un Atleti diferente e igual al del año pasado. Diferente porque el estilo de juego es distinto. Igual porque conserva la fuerza, la garra y las ganas de ganar. Se dieron las circunstancias para que fuera una noche estupenda de fútbol en la que se demostró que la unión entre la grada y el césped tiene nexos sólidos, que un invento interesado y burdo de la prensa no van a romper. Ni con Simeone ni con los futbolistas.
Fue primero el equipo el que animó a la grada. Desde el principio se vio a un Atlético ambicioso, seguro de sí mismo y sin temor a un rival que venía precedido de una fama, que anoche se demostró que no estaba debidamente acreditada. A este arranque de partido contribuyó de forma decisiva la alineación de Simeone. Podría pensarse que era conservadora y, sin embargo, disfrutamos del Atleti más atacante de los últimos tiempos, incluidas algunas jornadas finales de la temporada anterior. Paradojas del fútbol, o no tanto.
Porque todo depende del dinamismo con el que se desenvuelvan los futbolistas. El Atlético no salió a contener al equipo rival, sino a dominarlo desde el centro del campo para, posteriormente, poder explotar sus mejores virtudes. El partido se construyó desde el sentido táctico de Tiago, la presión de Gabi y la presencia de Saúl.
Es cuestión bien sabida que Simeone no se distingue por una fe ciega en la cantera. Dicho de otra manera, los canteranos no gozan de ningún privilegio con él. Si quieren jugar han de demostrarlo como los demás. Pues bien, anoche Saúl Ñíguez dio ese paso tan decisivo que les pide Simeone a sus futbolistas. Fue un jugador determinante en el desarrollo del encuentro, por el gol y por lo que apareció en el juego tanto en la zona de creación como en la de finalización. Un futbolista con mucho recorrido, con el que habrá que seguir teniendo paciencia para observar hacia dónde y cómo se decanta su juego. De lo que no cabe duda es de que hay futbolista.
Al Atlético de Madrid no le bastó el gol anotado por Koke desde la esquina del área. Siguió buscando el segundo gol con la misma intensidad que el primero, demostrando una ambición que no había tenido en otros partidos. La estrategia le salió tan bien que el Sevilla no cruzó la medular hasta pasada la media hora de partido.
Cierto es que en la segunda mitad el equipo salió más contemplativo. Simeone cambió el ritmo del partido al dar entrada a Griezmann y, posteriormente, a Raúl Jiménez. Ambos le dieron un renovado empuje al Atleti. Y hubo premio doble. El francés logró que le hicieran un penalti, marcado por Raúl García y el mexicano comenzó a salir del purgatorio redimiendo sus penas con un meritorio gol conseguido de un cabezazo en plancha.
Quienes habían comenzado a escribir el epílogo de la preciosa y emocionante historia del Atlético de Simeone tendrán que seguir esperando. El sábado por la noche el Atleti demostró, ante una grada entregada a sus jugadores y a su entrenador, que están dispuesto a seguir viviendo historias que servirán a los cronistas para escribir nuevos capítulos. Este fantástico cuento aún no ha acabado.
Hoy echo de menos a todos esos ultracholistas y a nuestro amigo jefe de prensa, diciendo tonterías y amenazando a todo atlético que se les cruza por el camino, la corroña abrió la puerta y ustedes la alimentaron, por un leve sonido de viento, de dos tontos.
Quien pude dudar del Cholo y de la comunión con la grada, por favor no consuman y si lo hacen no intoxiquen, no le hagan el juego sucio a los carroñeros del ya caerán, el equipo violento, solo marca a balón parado, y lo ultimo » pitan a su entrenador «.