Solo dos partidos más. Tras la victoria en Valencia, la Liga en la que muchos jamás confiamos y algunos seguimos sin confiar del todo, está a tiro de piedra. Más de lo mismo para una final de la Liga de Campeones que se convertiría en un hito sin parangón en la historia del Atlético de Madrid. Sin atreverme a jugar predecir el futuro –me aterra pensar en qué habrá pasado con todo este sueño tan real el próximo 25 de mayo-, lo cierto es que la temporada del equipo del Cholo ha sido un rotundo éxito.
Gane o no gane la Liga, llegue o no llegue al final de la Champions –pensar en algo más es sencillamente mareante-, el Atlético de Madrid habrá completado la mejor temporada de su historia pero el auténtico mérito de este equipo no habrá hecho sino empezar ese preciso día en que el curso cierre el telón. Afición, equipo y cuerpo técnico han trabajado codo con codo para colocar al club en un peldaño que merece aunque para muchos no es el que le corresponde. No seré yo quien les quite la razón y ose decir que mi Atleti está en condiciones de pelear año sí, año también con las fortunas más ostentosas del planeta fútbol porque sería una fanfarronada absurda.
El verdadero reto para el Atlético de Madrid y, más concretamente, para su directiva radica en la necesidad histórica de mantener al club en la élite. Lo que ellos no han sabido hacer lo han logrado un entrenador enamorado de la casa y un humilde grupo de jugadores cuyos cerebros fueron sorbidos por el propio técnico mucho tiempo atrás. La plantilla sin excepción haría cola en el Viaducto si Simeone lo ordenase. El Cholo ordenó reproducir una y otra vez el himno del Atleti hasta que sus guerreros lo han sabido interiorizar a fuego.
La estrategia de la cuerda floja en la que se ha vivido en los últimos años –venta de estrellas, compra de promesas- ha funcionado por encima de las posibilidades y seguir tentando a la suerte se antoja un ejercicio de riesgo innecesario. La soga de la deuda contraída por los dirigentes apretará un poco menos si el club mantiene el bloque y apuesta como modelo para reducirla la participación sin excusas, año sí, año también, en la Liga de Campeones. Un club sólido al que los jugadores quieran venir por su proyecto deportivo sin importar quién es su representante o el porcentaje de comisión que puedan dejar.
El vuelo sin motor que está realizando el Atlético de Madrid esta temporada terminará en caída, creedlo. Será el miércoles en Stanford Bridge, ante Levante, Málaga o Barça o, de manera más cruel, el próximo 24 de mayo. Incluso si para esa fecha no se ha producido, llegará más adelante, pues este club, hoy por hoy, no está diseñado para competir por unas metas que este curso, circunstancialmente, se han dado. Que nadie se lleve a engaños.
El dolor de la caída será inevitable, lo que ha de ser obligatorio y sin excepción es contar con el colchón que proteja el golpe, en la mercromina que ayude a cicatrizarlo cuanto antes y permita empezar a volar de nuevo. Podrán vivirse años mejores y peores pero, por favor, que nadie pretenda devolver al equipo al hastío de la década anterior porque la afición no estaría dispuesta a aceptarlo y lucharía contra el enemigo con la misma fuerza con la que ahora mismo se emplea para apoyar el equipo contra Chelseas, Madrides o Barças.
Foto: Club Atlético de Madrid.
Pensar más allá del partido a partido produce vértigo pero este equipo se ha ganado todo el crédito del mundo. Disfrutemos del momento porque lo recordaremos con nostalgia. Un saludo.
Desde la alegría del partido a partido, no puedo sino darte la razón en lo de la nostalgia. Tal vez ni siquiera lo estemos disfrutando lo suficiente ahora. Al menos servidor.
Final a Final. Cada partido es una final, eso es lo que nos hace superiores.
Entiendo que la afición del Atlético esta preparada, porque lo que esta realizando el equipo es mucho más de los esperado.
No habrá caida y si una exigencia de la afición y de todo el entorno hacia el Atletico para continuar a este nivel. Al menos es lo que todos esperamos.
Saludos.
Por favor no pongamos la venda antes de la herida, lo que pase a partir de este mismo miercoles no lo sabe nadie.
Ojala no me equivoque pero este 2014 puede enterrar de por vida al que alguno les gusta llamar el pupas, esa invención que nunca fue una realidad, sino el invento para menospreciar una y otra vez a uno de los clubes mas laureados del continente.
QUE NADIE ME DESPIERTE DE ESTE SUEÑO ANTES DE TIEMPO.
Entiendo perfectamente al autor. El mejor legado que dejará esta temporada, independientemente del resultado, es que las exigencias han de ser mayores a partir de ahora. Yo también pienso en qué vendrá después y no disfruto tanto como debiera esta temporada. Ojalá no me equivoque cuando digo que si se marcha Simeone o comienzan a desmantelar al equipo la presión se les hará insostenible a los de arriba. Ese es el principal regalo de este grupo. Y por supuesto, ya si ganasen algún título sería para ir predicando casa por casa cual testigo de Jehová las bondades del Atleti del Cholo.
En tiendo este artículo como un aviso a navegantes que para los nuevos atléticos será necesario, pero a los del Atleti de toda la vida no nos hace falta. Nos gusta el vértigo, soñar, llorar… en definitiva lo bonito de competir, incluso en inferioridad, mejor dicho, preferimos que sea en inferioridad, sino iríamos de blanco. Esto es lo que nos ha devuelto esta temporada el Atleti: la capacidad de competir. Para mí es suficiente sea cual sea el resultado.