Si viviera el irrepetible Andrés Montes, probablemente le pondría el mismo mote con el que se refería a Ron Harper. Seguro que los buenos aficionados a la NBA lo recuerdan: albañilería, fontanería, electricidad, la intendencia a su servicio. Harper Asociados. En versión hogareña, Tiago es el marido que toda mujer desea: atento, servicial y manitas. De los que en un momento dado cuelgan una lámpara y al siguiente preparan un guiso de rechupete con todo el amor del mundo.
Y es que a mí Tiago me sugiere, precisamente, lo que tan acertadamente expresaba con este apodo el maestro Montes. Un futbolista que está siempre para lo que necesita el equipo. Ahora un cambio de juego, luego un corte, después una falta y en otro momento un gol. Sin llamar la atención, sin desear el protagonismo ni el resplandor de los focos. Siempre inadvertido para el común de los aficionados, siempre imprescindible para sus compañeros y al que nunca agradeceremos lo suficiente el trabajo realizado.
Desde el doblete, el Atlético de Madrid no tenía una cabeza pensante en la línea de volantes. Se intentó anteriormente con algún futbolista de prestigio, como Ibagaza, y con otros de imborrable recuerdo. La cuestión es que no se encontraba al director de juego que tanto se necesitaba por aquélla época. La dirección deportiva se marcó como objetivo fichar a Tiago Cardoso que, por entonces, jugaba en la Juventus de Turín. Tras unos prolongados tiras y aflojas, Tiago llegó al Atleti en enero de 2010, pero como consecuencia de un acuerdo de cesión entre ambos clubes y no como un fichaje tal y como se había rumoreado repetidamente.
Debutó en la Liga portuguesa con el Sporting de Braga cuando tenía 19 años. Después de dos temporadas y media lo fichó el Benfica con el que conseguiría la Copa de Portugal en la temporada 2003-2004. Del club lisboeta vuela a las Islas Británicas, al Chelsea. Sólo está una temporada en Londres, suficiente para conquistar una Premier League, la Carling Cup y la Community Shield.
Comienza su periplo por tres de las grandes ligas europeas, puesto que tras dejar el Chelsea cruza el Canal de la Mancha para llegar a unos de los clubs del momento: el Olympic de Lyon con el que gana dos Ligue 1. Su evolución como futbolista no pasa desapercibida para la Juve que lo ficha en 2007 por más de 12 millones de euros. Allí se tuerce lo que, hasta ese momento, había sido su creciente carrera. Y, entonces, aparece el Atlético en la vida de Tiago.
Enseguida se hace con una plaza en la alineación. Juega dieciocho partidos de la Liga 2009/2010, quince de ellos como titular. No puede jugar la Europa League porque ya había jugado en competiciones europeas con la Juventus aquella temporada. Sí que disputa la Copa del Rey, cinco partidos, entre ellos la final de Barcelona y llora como nadie en el césped tras la derrota, mientras escucha incrédulo durante más de 10 minutos los cánticos que provienen de la grada teñida de rojo y blanco en la noche barcelonesa. Tiago se enamora definitivamente del Atlético de Madrid.
Cabe destacar como anécdota que la final de la Copa del Rey 2010 es la única que ha podido disputar como jugador rojiblanco, ya que por diferentes motivos, se ha perdido las otras cinco que ha jugado el Atlético de Madrid en las últimas temporadas. Curiosamente, las cinco que ha ganado el Atlético como resume este artículo de Eurosport.
Tiago Cardoso lleva con nosotros tres temporadas y media y estará al menos una más por empeño personal de Simeone, que insistió durante este verano para que el club lo renovara. Por lo visto hasta ahora, acertó de pleno. Está intercambiando el puesto de titular con Mario Suárez y de la comparación entre ambos sale ganador el portugués. Pone orden, da equilibrio al centro del campo colchonero y proporciona una salida del juego con balón mucho más clara. Si bien no es el centrocampista exquisito y creador que necesita el equipo y que muchos seguimos esperando con anhelo, su capacidad técnica le da de sobra para ponerse al mando. Con él en el campo el juego transcurre más fluidamente, el Atlético juega mejor.
El pasado domingo Tiago disputó el partido número 100 con la zamarra rojiblanca y casi nadie se hizo eco de ello. Así es él, un hombre discreto, pausado, tranquilo, profesional, amable y educado, el hombre que toda mujer quiere tener en su casa.
Foto de Tiago en el partido contra el Betis: Club Atlético de Madrid
Gran artículo, sí señor, no solo por lo acertado del análisis, sino por dedicarlo e uno de nuestros «hombres silenciosos» (Gabi, Tiago, Filipe, Miranda, etc.), que tanto aportan al equipo. Supongo que cuando ya no esté con nosotros serán Guilavogui y Saúl los encargados de suplirle.
Se me olvidó decir que a mí también me parece más completo que Mario. Tiene más técnica, pausa y gol.
El único problema de Tiago es su físico. No parece posible que pueda aguantar tres partidos seguidos. Pero Simeone lo está llevando estupendamente y hasta ahora está dando un gran rendimiento al equipo.
Saludos.
Articulo más que merecido,D Julio.Este,desde que llego,siempre ha querido ser uno de los nuestros,sin estridencias,ni besos al escudo ni teatralidades varias.Sus lagrimas ,entre el agradecimiento y la incredulidad,en la final de copa(esa, en la que todos los atleticos que que acompañaron al equipo, la convirtieron en un triunfo)me ganaron para su causa.Felicidades por el articulo,y muchas gracias.