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Creo bastante en la suerte, dijo Thomas Jefferson, y he constatado que cuanto más trabajo, más suerte tengo.

Simeone ha hecho del trabajo su bandera. No negocia el esfuerzo y es el primero en dar ejemplo, como corresponde a un líder. Diego Simeone y Germán Burgos fabrican goles desde su casa a, imagino, altas horas de la madrugada, o en esos días que hay entre partido y partido, o en el hotel durante las horas muertas de las concentraciones. Revisando vídeos, analizando jugadas, sopesando posibilidades. Luego las entrenan con sus futbolistas, llegan los partidos y el Atlético de Madrid marca goles.

Hasta seis de los veinticinco goles que ha marcado han sido en jugada diseñada en el laboratorio de los técnicos argentinos. En números redondos, uno de cada cuatro goles que anota el Atleti lo hace ejecutando la estrategia. Los seis goles se reparten a partes iguales entre la Liga y la Liga de Campeones, destacando que en esta última competición sólo se han jugado dos partidos.

En la primer jornada de liga ya pudimos ver el primer gol del Atlético en una jugada ensayada. Koke fue quien sacó el córner al primer poste, Miranda peinó hacia atrás y Diego Costa remachó el tanto. Un gol premonitorio de los otros que se han venido repitiendo sistemáticamente en los siguientes encuentros.

Koke y Gabi han sido los responsables de lanzar las jugadas de estrategia: Koke en dos de ellas y el capitán en cuatro. Cada una de estas jugadas han estado culminadas por un jugador distinto: Diego Costa, Tiago, Raúl García, Miranda, Godín y Arda Turan.

Foto de Godín marcando gol de cabeza al Oporto: Club Atlético de Madrid.